martes, 17 de mayo de 2016

La primavera construye

La primavera construye
el dulce rocío de la mañana,
los campos llenos de flores,
el vuelo de los pájaros,
su alegre canto;
el relevo
de un invierno que, agotado,
se retira,
a descansar y mejorar su oficio
tras las paredes de su taller.

También edifica
el argénteo brillo del agua del río
al atardecer,
el dorado
resplandor sobre los álamos,
la esmeralda
luz de la luna,
y observa cómo Venus, paciente, palpita
como estrella
que fulgiera en el cielo.

Ya aprendimos
del discurso de la lluvia,
nos conmovimos
con la palabra no dicha por el otro,
cuando nos despedimos
en jardines por los que no
hemos andado juntos todavía.

La primavera compone
el verso recursivo,
la tibia tempestad
de una tormenta de Mayo,
el concierto del ruiseñor,
del jilguero y
del viento entre los árboles.

La primavera construye una promesa,
pero no debemos deslumbrarnos
por todo lo que nos trae,
ni caer en la confianza,
ni en el autoengaño.

Es sola una estación de paso
por la que hemos de vivir
de la mejor manera:
Seamos felices en el ahora.



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