Muchas veces
las cosas no
suceden como, en un inicio,
se pueden imaginar.
Pero ésa es la oportunidad
para entrar
por el umbral
al jardín donde
aprender
lo necesario
para poder pasar página
y esperar pacientemente
por si te apareces
por sorpresa
en otro capítulo.
“De todos los riesgos que ha corrido por usted, el único que no hubiera corrido nunca es el de no haberlo hecho”. Conferencia sobre la lluvia, Juan Villoro
sábado, 30 de enero de 2016
viernes, 29 de enero de 2016
Cuando apenas me encuentro inspirado
Cuando apenas me encuentro inspirado,
y no fluyen las palabras de mi mente,
me planteo que
será porque escribo a deshoras,
y parece
que a esta misiva, le falta el remitente.
Cuando pienso en tí, como destinataria evidente,
con nombre, apellidos,
domicilio en calidad de residente,
será que
la noche es fría,
que me aferro a la sola imagen
de tu sonrisa resplandeciente.
Cuando viene el super-ego vestido con el traje
del crítico feroz,
del juez intransigente
ambos inquilinos de mi interior,
compartiendo ático
con vistas y mirador,
les digo por favor que se relajen
y que no me atormenten.
Cuando vienes a mí,
como en un sueño
en tus tantas formas y geometrías
que son construídas
por tu sola presencia,
querría dedicarte una estrofa más,
aunque de mi mente
no salgan apenas palabras,
aunque la fábrica
produzca en horas extra
pequeños versos
lumínicos,
pequeñas
muestras
de pequeños homenajes
a todo lo que de tí
creo saber
y que para mí es suficiente.
Alabanzas
Cuando nos vienen alabanzas que surgen
de la sola humildad de un ser humano,
no tendríamos por qué prevenirnos
de una posible
invasión de nuestro espacio vital.
Es un reconocimiento a una labor,
una simple cortesía demostrada,
hecha elogio.
Pero claro,
existen muchos falsos aduladores,
muchos zorros
al estilo de la fábula de Esopo,
que pretenden arrebatarnos el queso
y frente a éso,
permanecemos inmóviles,
cautos, atrincherados.
Está en nosotros saber distinguir
quién es un humilde admirador de nuestra
pequeña o gran obra,
y quién es un zorro
apelando al canto del cuervo.
de la sola humildad de un ser humano,
no tendríamos por qué prevenirnos
de una posible
invasión de nuestro espacio vital.
Es un reconocimiento a una labor,
una simple cortesía demostrada,
hecha elogio.
Pero claro,
existen muchos falsos aduladores,
muchos zorros
al estilo de la fábula de Esopo,
que pretenden arrebatarnos el queso
y frente a éso,
permanecemos inmóviles,
cautos, atrincherados.
Está en nosotros saber distinguir
quién es un humilde admirador de nuestra
pequeña o gran obra,
y quién es un zorro
apelando al canto del cuervo.
miércoles, 27 de enero de 2016
Pequeñas grandes palabras
Me dan miedo esas grandes palabras que nos hacen tan infelices. Joyce
Si la palabra que digo no tuviera forma,
ni fuese posible calibrarla
en su sentido y significado,
en el eco que destila
Si no fuera la respuesta de un Oráculo,
a la pregunta de los Dioses,
o el proyecto de un demiurgo
para construir el universo,
el plano del artesano,
el mapa del navegante.
Si la palabra fuera como una flecha lanzada
por un arco de cuerda bien tensada,
dirigida de forma casi certera
al oyente y escuchante
siendo el arquero el hablante.
Si esa palabra no fuera ni grande ni pequeña ni mediana,
si su color cambiara como cambian
las emociones,
si fuera una pequeña gran palabra
de un conjunto de pequeñas grandes palabras,
de esas que bailan solas
sobre los tejados
deshabitados en altas horas de la noche,
entonces valdría la pena
esperarla.
Si la palabra que digo no tuviera forma,
ni fuese posible calibrarla
en su sentido y significado,
en el eco que destila
Si no fuera la respuesta de un Oráculo,
a la pregunta de los Dioses,
o el proyecto de un demiurgo
para construir el universo,
el plano del artesano,
el mapa del navegante.
Si la palabra fuera como una flecha lanzada
por un arco de cuerda bien tensada,
dirigida de forma casi certera
al oyente y escuchante
siendo el arquero el hablante.
Si esa palabra no fuera ni grande ni pequeña ni mediana,
si su color cambiara como cambian
las emociones,
si fuera una pequeña gran palabra
de un conjunto de pequeñas grandes palabras,
de esas que bailan solas
sobre los tejados
deshabitados en altas horas de la noche,
entonces valdría la pena
esperarla.
lunes, 25 de enero de 2016
Te ofrezco mis guantes
Si tus manos están frías
o si perdiste alguno de tus guantes,
te ofrezco los míos.
Aunque tengas varios pares
y los hayas guardado en tu armario,
te ofrezco los míos.
Aunque sólo tenga éstos
para guarecerme del frío.
Aunque hoy no me los ponga
porque no me hacen falta
y este invierno hubiera decidido abrir un paréntesis,
dar una pequeña tregua
que trajera de improviso la primavera,
en forma de mañanas donde se divisa el alba
y se aprecia el impregnado rocío
sobre los cristales de los coches.
Te ofrezco mis guantes,
quedátelos si quieres
No hay obligación en que los aceptes,
por supuesto,
pero para tí son.
o si perdiste alguno de tus guantes,
te ofrezco los míos.
Aunque tengas varios pares
y los hayas guardado en tu armario,
te ofrezco los míos.
Aunque sólo tenga éstos
para guarecerme del frío.
Aunque hoy no me los ponga
porque no me hacen falta
y este invierno hubiera decidido abrir un paréntesis,
dar una pequeña tregua
que trajera de improviso la primavera,
en forma de mañanas donde se divisa el alba
y se aprecia el impregnado rocío
sobre los cristales de los coches.
Te ofrezco mis guantes,
quedátelos si quieres
No hay obligación en que los aceptes,
por supuesto,
pero para tí son.
domingo, 24 de enero de 2016
Este sueño nos pertenece
Una vez más me digo
conforme escribo estos nocturnos
versos que este sueño, sin dudarlo,
nos pertenece.
Es este sueño compuesto de otros pequeños sueños
yuxtapuestos,
engranados
como piezas de un puzzle
traído de algún rincón de la mente.
Este sueño fabricado con imágenes tuyas
y mías,
con las mejores imágenes creadas por mí
de tí,
para la ocasión,
con sus idealizaciones correspondientes,
con sus complacencias estructuradas
con tu sonrisa memorable
con ese tibio deseo de mis ojos
por alcanzar los tuyos
y de que no hubiera
puntos de retorno
Construyendo el amor desde la nada
he traspasado el umbral,
y he llegado a la conclusión de que este sueño
nos pertenece,
como tantos otros sueños
aplazados
Hay paz en mi interior cuando...
Hay paz en mi interior
cuando...
acepto las cosas que no puedo cambiar
le informo a mi subconsciente
que las señales que me envía
son pura distracción
soy totalmente honesto conmigo mismo
y con los que me rodean
y ello implica :
no contarme historias
para buscar consuelo
rebajar las expectativas
decidir alejarme de las personas que
no me hacen feliz
cuando...
acepto las cosas que no puedo cambiar
le informo a mi subconsciente
que las señales que me envía
son pura distracción
soy totalmente honesto conmigo mismo
y con los que me rodean
y ello implica :
no contarme historias
para buscar consuelo
rebajar las expectativas
decidir alejarme de las personas que
no me hacen feliz
sábado, 23 de enero de 2016
La música que nos construye
La música que nos construye,
que nos conmueve,
que nos transforma,
la que llena nuestras mañanas
y también nuestras tardes,
la que puebla
los largos paseos solitarios
entre arroyos de luz caída
de un sol de invierno.
Cualquier nota,
cualquier pausa
que acompañan
pequeñas
y tiernas palabras
que surgen
del manantial
de la poesía,
hacen
que tu ausencia
se llene de colores
y que
la vida
fluya
y continúe
con
el paso imperturbable
de cualquier proceso.
La música que nos construye,
la música
que nos anima.
Para celebrar algún día
tu regreso,
he de valorar tu marcha.
La música
que nos construye,
sobre el filo de la madrugada.
que nos conmueve,
que nos transforma,
la que llena nuestras mañanas
y también nuestras tardes,
la que puebla
los largos paseos solitarios
entre arroyos de luz caída
de un sol de invierno.
Cualquier nota,
cualquier pausa
que acompañan
pequeñas
y tiernas palabras
que surgen
del manantial
de la poesía,
hacen
que tu ausencia
se llene de colores
y que
la vida
fluya
y continúe
con
el paso imperturbable
de cualquier proceso.
La música que nos construye,
la música
que nos anima.
Para celebrar algún día
tu regreso,
he de valorar tu marcha.
La música
que nos construye,
sobre el filo de la madrugada.
viernes, 22 de enero de 2016
Reir juntos
"La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano"
Victor Hugo
Si la risa proviene
del manantial de la bondad y de
la pureza
y viene
a llenar
el instante de un día del frío invierno.
Si la risa nos arma
y nos rearma,
nos construye y
nos reconstruye
entonces
bienvenida
sea esa llave
del palacio de
la módica
y repentina alegría.
Reir juntos
contra el tedio y el hastío,
contra la tarde gris
y la mañana poco obsequiosa,
reirnos hasta
de la sombra del verdugo,
cuando
el abismo
sólo sea una palabra
y se nos apaguen
los ojos
ya cansados.
Reir juntos
y juntos mirar
al futuro instante
con una perspectiva amable.
jueves, 21 de enero de 2016
Poesía y virtud
Poesía,
alcanzas a contener
como un baúl antíguo
enseñanzas del pasado,
lecturas del ahora,
porvenires no fundados,
y hacerlos palabra,
hacerlos verso.
Virtud,
que te asientas
sobre la verdad
improrrogable
que se desprende
de los hechos.
Poesía hecha virtud.
Virtud fabricada con
materiales
simples.
Como la instantánea
que vuelves a ver sobre el album,
la temática nocturna
de las aceras,
el aroma de las rosas,
aunque
es invierno.
miércoles, 20 de enero de 2016
Ya inventamos un idioma
Ya inventamos un idioma
que se renueva
con el paso del tiempo,
que toma forma
y que se asienta
sobre el dulce recuerdo.
Ya inventamos un idioma
con el que
construir la tarde
Tan sólo hacían
falta
unas cuantas palabras
hilvanadas
con amables
significados
Inventamos un idioma
cuando
dedicamos
un instante
a pensar
en el otro
y de ese simple acto
se desprenden
la caricia sin manos
que es ofrenda,
el susurro
de nuevos vocablos,
nuevas voces
que se renueva
con el paso del tiempo,
que toma forma
y que se asienta
sobre el dulce recuerdo.
Ya inventamos un idioma
con el que
construir la tarde
Tan sólo hacían
falta
unas cuantas palabras
hilvanadas
con amables
significados
Inventamos un idioma
cuando
dedicamos
un instante
a pensar
en el otro
y de ese simple acto
se desprenden
la caricia sin manos
que es ofrenda,
el susurro
de nuevos vocablos,
nuevas voces
martes, 19 de enero de 2016
Sonata de amor
Sonata de amor
sin principio
sin comienzo
sin punto final
sin punto seguido
sin otros signos ortográficos
Sonata de amor
entre edificios
entre ventanas que se abren
y otras que se cierran
entre laberintos
en cuyo interior
hay finos racimos de luz
Díme
en qué verso
no estás presente
y en qué nota musical no te apareces
como si
fuera un milagro
Elijo creer
en tus ojos
que no mienten
en la sútil perspectiva
de tu sola presencia
sin principio
sin comienzo
sin punto final
sin punto seguido
sin otros signos ortográficos
Sonata de amor
entre edificios
entre ventanas que se abren
y otras que se cierran
entre laberintos
en cuyo interior
hay finos racimos de luz
Díme
en qué verso
no estás presente
y en qué nota musical no te apareces
como si
fuera un milagro
Elijo creer
en tus ojos
que no mienten
en la sútil perspectiva
de tu sola presencia
Vivir sin ambición
Vivir sin ambición.
Desprenderse de todo lo accesorio
Mirar a la tibia mañana
con ojos calmos
dejando a un lado la pesada carga
del pasado.
Volver a casa
y sacar del antíguo armario
los viejos postulados
sobre el amor
que ya no están vigentes.
Habitar en el estanque
de unas aguas que apenas se mueven,
y desear
que la quietud
se transforme en movimiento,
que el cauce
se agrande,
renacer uno,
renacer cada uno,
renacer juntos, separados,
y que el delta
venga lejos
muy lejos
antes de
fundirnos
con los cristales
del mar plateado
que paciente nos aguardará.
Desprenderse de todo lo accesorio
Mirar a la tibia mañana
con ojos calmos
dejando a un lado la pesada carga
del pasado.
Volver a casa
y sacar del antíguo armario
los viejos postulados
sobre el amor
que ya no están vigentes.
Habitar en el estanque
de unas aguas que apenas se mueven,
y desear
que la quietud
se transforme en movimiento,
que el cauce
se agrande,
renacer uno,
renacer cada uno,
renacer juntos, separados,
y que el delta
venga lejos
muy lejos
antes de
fundirnos
con los cristales
del mar plateado
que paciente nos aguardará.
sábado, 16 de enero de 2016
Las almas solitarias nunca se rindieron
Las almas solitarias nunca se rindieron
aunque
el abismo estuviera cercano
y el frío y el vértigo
hicieran su labor
callada.
De las épocas complicadas
aprendimos
del discurso de la lluvia,
de experiencias no tan dulces,
de la crónica
del gris asfalto,
de los cambios que son lentos
pero que
nos sitúan en la dirección adecuada
para reorientar nuestras barcas
en el río cotidiano.
Las almas solitarias nunca se rindieron
porque
son sus días
lugares donde la luz
entra a ratos
por un ventanal que diera
a un patio interior
y por el que se divisaran
las casas cercanas y los contíguos tejados.
Las almas solitarias nunca se rindieron
y la
nieve y el hielo
no pudieron congelar
el sentimiento
que brota
de los corazones sinceros.
aunque
el abismo estuviera cercano
y el frío y el vértigo
hicieran su labor
callada.
De las épocas complicadas
aprendimos
del discurso de la lluvia,
de experiencias no tan dulces,
de la crónica
del gris asfalto,
de los cambios que son lentos
pero que
nos sitúan en la dirección adecuada
para reorientar nuestras barcas
en el río cotidiano.
Las almas solitarias nunca se rindieron
porque
son sus días
lugares donde la luz
entra a ratos
por un ventanal que diera
a un patio interior
y por el que se divisaran
las casas cercanas y los contíguos tejados.
Las almas solitarias nunca se rindieron
y la
nieve y el hielo
no pudieron congelar
el sentimiento
que brota
de los corazones sinceros.
viernes, 15 de enero de 2016
Camino de la fuente del Avellano
Granada era como una madre esquiva,
que deglutía su tristeza en silencio
y en solitario.
Un buen día, nos dejó huérfanos
pero de nuevo
surcamos las calles
camino de la fuente del Avellano
donde se oye el susurro del río
y hay un sendero sinuoso
en el que se escucha el canto de los pájaros
que presentan el himno del invierno temprano
y en cuyo transcurso junto a mis hijos,
leo poemas grabados sobre metálicas
placas.
Alberti, García Montero, otros y otras, poetas y poetisas,
por mí ignorados.
Desde la fuente,
Ángel Ganivet preside
la reunión
y el Sacromonte
se ve en su básica arquitectura
de ladrillo, uralita
y rejas
desdibujadas.
Las chumberas, como sus frutos, recitan versos
dulces
en su interior.
Tras la ida,
la ciudad nos aguarda,
para fundirnos con ella
en un póstumo y reciclado abrazo.
que deglutía su tristeza en silencio
y en solitario.
Un buen día, nos dejó huérfanos
pero de nuevo
surcamos las calles
camino de la fuente del Avellano
donde se oye el susurro del río
y hay un sendero sinuoso
en el que se escucha el canto de los pájaros
que presentan el himno del invierno temprano
y en cuyo transcurso junto a mis hijos,
leo poemas grabados sobre metálicas
placas.
Alberti, García Montero, otros y otras, poetas y poetisas,
por mí ignorados.
Desde la fuente,
Ángel Ganivet preside
la reunión
y el Sacromonte
se ve en su básica arquitectura
de ladrillo, uralita
y rejas
desdibujadas.
Las chumberas, como sus frutos, recitan versos
dulces
en su interior.
Tras la ida,
la ciudad nos aguarda,
para fundirnos con ella
en un póstumo y reciclado abrazo.
Tus ojos de hielo
Tus ojos de hielo en la mañana
como un iceberg
que esquivo
en un océano de solitarias paredes.
Tus palabras de hielo
que no alcanzo a escuchar
cuando cierro la puerta
y entonces le digo buenos días
a la ciudad
y abrazo
la soledad como esa eterna
compañera,
la única confidente
que camina conmigo a diario.
como un iceberg
que esquivo
en un océano de solitarias paredes.
Tus palabras de hielo
que no alcanzo a escuchar
cuando cierro la puerta
y entonces le digo buenos días
a la ciudad
y abrazo
la soledad como esa eterna
compañera,
la única confidente
que camina conmigo a diario.
miércoles, 13 de enero de 2016
Consecuencias
Tienes razón, hermano.
Todo acto tiene sus consecuencias.
Muchas no son meditadas antes
de lanzarse a intentarlo.
Pero todo acto
tiene su causa.
A veces, uno sólo valora
aquéllo que nos trae
ondas de alegría.
Todo acto tiene sus consecuencias.
Muchas no son meditadas antes
de lanzarse a intentarlo.
Pero todo acto
tiene su causa.
A veces, uno sólo valora
aquéllo que nos trae
ondas de alegría.
Cambiando hábitos
Cambiando hábitos
Sobretodo los que me arrastran a círculos viciosos
De los cuales se conoce que tras recorrer la línea que delimita su superficie,
su punto de origen es el mismo que su punto
de destino
Cambiando hábitos
Como el de no escribirte
Como el de pensarte menos
Como el de aceptar
que estás ausente
y que por más que busque
no te voy a encontrar.
Escribir claramente: Basta.
Sobretodo los que me arrastran a círculos viciosos
De los cuales se conoce que tras recorrer la línea que delimita su superficie,
su punto de origen es el mismo que su punto
de destino
Cambiando hábitos
Como el de no escribirte
Como el de pensarte menos
Como el de aceptar
que estás ausente
y que por más que busque
no te voy a encontrar.
Escribir claramente: Basta.
martes, 12 de enero de 2016
silencio
¿Quién dijo que el silencio
estaba hueco como
el interior de un cántaro
sin agua?
¿Quién dijo que el silencio
era un abismo insalvable entre
dos que se recuerdan?
Si uno nada más que
debe acostumbrarse
a escuchar el silencio dado
y devolver
el mensaje en este mismo
código revisado.
Aquél que nos comprende
no necesita
explicaciones
largas.
estaba hueco como
el interior de un cántaro
sin agua?
¿Quién dijo que el silencio
era un abismo insalvable entre
dos que se recuerdan?
Si uno nada más que
debe acostumbrarse
a escuchar el silencio dado
y devolver
el mensaje en este mismo
código revisado.
Aquél que nos comprende
no necesita
explicaciones
largas.
lunes, 11 de enero de 2016
Incansablemente yo
Cuando el pronóstico anuncia,
lo que la razón conoce
y cuando no se utiliza
la evasión como método,
entonces viene la vida
a mostrar
en qué manera
sigo siendo
incansablemente yo.
Ese que habita la región de los aguaceros,
desde el que se desbloquean
y se desatrancan
las puertas cerradas al amor.
Sacudirse el polvo del camino
en los viejos zapatos,
andar descalzo
y sin temor
a ser mordido
por cotidianas serpientes.
Abrir las ventanas,
abrir las puertas,
abrir los horizontes,
abrazar
la mañana
que trae su mecánica
de engranajes,
varillas y poleas.
Salir de la cueva del ermitaño.
Ser incansablemente yo.
lo que la razón conoce
y cuando no se utiliza
la evasión como método,
entonces viene la vida
a mostrar
en qué manera
sigo siendo
incansablemente yo.
Ese que habita la región de los aguaceros,
desde el que se desbloquean
y se desatrancan
las puertas cerradas al amor.
Sacudirse el polvo del camino
en los viejos zapatos,
andar descalzo
y sin temor
a ser mordido
por cotidianas serpientes.
Abrir las ventanas,
abrir las puertas,
abrir los horizontes,
abrazar
la mañana
que trae su mecánica
de engranajes,
varillas y poleas.
Salir de la cueva del ermitaño.
Ser incansablemente yo.
sábado, 9 de enero de 2016
Buscando poemas
Buscando poemas
en el baúl de la memoria
para entregarte uno
que describa
de manera nítida el espectro visible de mi alma.
Buscando poemas,
y no los encuentro.
Quizás no sea necesario buscarlos,
porque surgen de forma natural. Al igual que
cuando te evoco en esta noche de enero
y, desde mi ventana,
se observa el neón azul de un hotel,
los números digitales en rojo de su reloj,
la asimétrica silueta
de edificios ni tan cercanos
ni tan distantes.
Ya no busco poemas.
Ahora los construyo.
Hay versos que comienzan con una nostalgia,
un camino posible
por los senderos de la tarde,
una propuesta,
una carta con símbolos
claros,
una fecha,
un verbo
que se aleja
de la tensión
y busca
hablarte directamente
desde la paz
de una habitación vacía,
en la que
el tiempo se detuviera
y la palabra presión sólo existiera
en los diccionarios que guardo en la estantería.
Ya no busco poemas.
Ya encontré el poema.
Es uno que comienza en mí y termina en tí.
en el baúl de la memoria
para entregarte uno
que describa
de manera nítida el espectro visible de mi alma.
Buscando poemas,
y no los encuentro.
Quizás no sea necesario buscarlos,
porque surgen de forma natural. Al igual que
cuando te evoco en esta noche de enero
y, desde mi ventana,
se observa el neón azul de un hotel,
los números digitales en rojo de su reloj,
la asimétrica silueta
de edificios ni tan cercanos
ni tan distantes.
Ya no busco poemas.
Ahora los construyo.
Hay versos que comienzan con una nostalgia,
un camino posible
por los senderos de la tarde,
una propuesta,
una carta con símbolos
claros,
una fecha,
un verbo
que se aleja
de la tensión
y busca
hablarte directamente
desde la paz
de una habitación vacía,
en la que
el tiempo se detuviera
y la palabra presión sólo existiera
en los diccionarios que guardo en la estantería.
Ya no busco poemas.
Ya encontré el poema.
Es uno que comienza en mí y termina en tí.
viernes, 8 de enero de 2016
Crónica del ahora
Crónica del ahora,
del presente actual, del inmediato.
Seamos felices.
Merecemos ser felices cada uno.
Por separado
como barcos aislados
de la existencia.
Merecemos ser felices cuando nos encontramos,
y juntos, como
naves que unidas surcan las aguas
formaremos
una flota de afecto,
sinfonía material,
pequeña y desordenada armonía sobre la sal
y la profundidad.
El pasado es una isla que dejamos atrás
tras el mar, las mareas y las olas.
En la crónica del ahora,
el viento susurra tu recuerdo y
trae el aroma
del deseo, la esperanza y la ilusión
del presente actual, del inmediato.
Seamos felices.
Merecemos ser felices cada uno.
Por separado
como barcos aislados
de la existencia.
Merecemos ser felices cuando nos encontramos,
y juntos, como
naves que unidas surcan las aguas
formaremos
una flota de afecto,
sinfonía material,
pequeña y desordenada armonía sobre la sal
y la profundidad.
El pasado es una isla que dejamos atrás
tras el mar, las mareas y las olas.
En la crónica del ahora,
el viento susurra tu recuerdo y
trae el aroma
del deseo, la esperanza y la ilusión
Tarde de Enero
Los lentos árboles solitarios
se mueven al compás del viento.
Los veo a través del cristal
Viajando en el vagón
al atravesar una zona de bosques
enrejados...
de los que me despido con la mirada.
Rumbo a una Tarde de enero.
Hay pocas cosas ciertas
pero yo abrazo esta certidumbre
de saberme vivo,
esta incertidumbre de
que todo es posible,
en la libre
alegría del presente.
se mueven al compás del viento.
Los veo a través del cristal
Viajando en el vagón
al atravesar una zona de bosques
enrejados...
de los que me despido con la mirada.
Rumbo a una Tarde de enero.
Hay pocas cosas ciertas
pero yo abrazo esta certidumbre
de saberme vivo,
esta incertidumbre de
que todo es posible,
en la libre
alegría del presente.
sábado, 2 de enero de 2016
En este invierno
En este invierno de claros contratiempos,
fulgurantes
recuerdos
incendian la madrugada
y
dotan al
momento
de bella incertidumbre.
En este invierno de claros contratiempos,
uno escribe poemas como cartas,
y la epístola se vuelve
insuficiente,
para alcanzar
el espacio que nos separa.
Sin embargo,
cada palabra
es como una mano que se alarga
buscando otra mano que acariciar
en una tarde de diciembre
y pretende decir:
Sigo caminando,
y visitaré todos aquellos lugares que también te pertenecen.
En este invierno de claros contratiempos,
uno acepta
el sitio que ocupa,
aprende del error
y
se pone manos a la obra
a construir
versos transparentes y dulces como
el agua de un río.
En este invierno de claros contratiempos,
hay una primavera
que crece lentamente
y viene
sin prisa pero sin pausa
sin presiones ni anticipándose al resultado
a llenar de prudente alegría
todas las estancias de la casa,
los jardines de la ciudad,
las calles, y las plazas,
a hacer menos oscuro el alquitrán,
a impregnar de color el gris asfalto.
Consigna
Consigna de memoria
No te anticipes al resultado
Consigna de olvido
No tan pronto
Consigna no consignada
No consignes demasiado
Consignas hermosas
Defended la belleza del momento
y haced mágico el alambre
invisible del porvenir
No te anticipes al resultado
Consigna de olvido
No tan pronto
Consigna no consignada
No consignes demasiado
Consignas hermosas
Defended la belleza del momento
y haced mágico el alambre
invisible del porvenir
Seremos...
Fuímos lo que fuímos
Somos lo que somos
Seremos...
Deja que la vida
nos cultive y nos acoja
en el presente inmediato
sin rogar demasiado
Somos lo que somos
Seremos...
Deja que la vida
nos cultive y nos acoja
en el presente inmediato
sin rogar demasiado
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