sonata de un día de Abril

 He comprobado que las calles andan hoy más templadas
y el café estuvo repleto
tras dejar a los chicos en la escuela.
Allí en los grupos se hablaba atropelladamente
con la necesidad de comunicación propia
de los solitarios, con la no aprendida disciplina del escuchante.
Pero de los temas tratados se pueden extraer muchas enseñanzas:
repasamos la actualidad de los diarios,
las propuestas de reforma del barrio,
la necesidad de luchar juntos,
la vida de los adolescentes,
la pintura de Maria Moreno, de Antonio López,  del resto de realistas madrileños.
Después,  nos dispersamos como gotas de lluvia sobre la acera y todavía
componemos la sonata de un día de Abril
contigo,  con todos los compañeros y compañeras.

Un poco más tarde, me siento sobre el escritorio y reviso la sintaxis de algún poema.
En muchos poemas,  eres tú la destinataria de casi todas las ideas.
Supongo que no eres siempre invocada de la misma manera.
Unas veces de forma directa, otras de forma delicada y sutil como la fragancia de una rosa.
Mas cada faceta, cada arista del diamantino brillo
que de ti se desprende,
no inquieta y se asienta sobre la paz que comienza cuando tus ojos hablan.

Sonata de un día de Abril y continuamos la senda
hacia
el largo rio cotidiano.

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