Amanecer

Ahora sé que estas calles nos han hecho solitarios y nuestro corazón tiene el pulso amarillo de las maderas lentas de un tranvía.  Como cada mañana.  Luis Garcia Montero

En pleno amanecer de una certeza,
hemos visto
el vuelo
sin medida de una alondra,
la amplia muchedumbre que puebla
el pinar y el encinar,
la orquesta que interpreta el viento en las alamedas.

Ahora sé que no quiero que te vayas
y que te quedes conmigo, amor,
hasta que el invierno nos cubra con sus nieves
y la primavera postrera haga con nosotros
lo que hace con las flores del cerezo.


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