Círculos ajenos
¿Cómo alcanzar los círculos ajenos,
que son conjuntos cerrados a los que
no fuímos invitados?
¿Cómo los niños alcanzan los globos que suben vertiginosamente
hacia las azoteas de los edificios?
¿Por qué correr en un esfuerzo agónico hacia
el tren que acaba de salir?
Entonces vivamos lo mejor que podamos.
Tras los cristales,
llueve a cántaros y, dentro de los muros protectores,
nos guarecemos tras los textos que leemos,
tras la manta que abriga formada por las palabras.
Nuestros respectivos círculos permanecen ajenos
sin intersectarse en dos puntos.
La repetición continuada de un mensaje
no ayuda pero mantiene la línea,
edifica la dirección de nuestros vectores.
Hay preguntas que no son necesarias.
Si te quedas en Italia,
te escribiré.
Si quieres, envíame una postal.
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