Cuando apenas me encuentro inspirado
Cuando apenas me encuentro inspirado,
y no fluyen las palabras de mi mente,
me planteo que
será porque escribo a deshoras,
y parece
que a esta misiva, le falta el remitente.
Cuando pienso en tí, como destinataria evidente,
con nombre, apellidos,
domicilio en calidad de residente,
será que
la noche es fría,
que me aferro a la sola imagen
de tu sonrisa resplandeciente.
Cuando viene el super-ego vestido con el traje
del crítico feroz,
del juez intransigente
ambos inquilinos de mi interior,
compartiendo ático
con vistas y mirador,
les digo por favor que se relajen
y que no me atormenten.
Cuando vienes a mí,
como en un sueño
en tus tantas formas y geometrías
que son construídas
por tu sola presencia,
querría dedicarte una estrofa más,
aunque de mi mente
no salgan apenas palabras,
aunque la fábrica
produzca en horas extra
pequeños versos
lumínicos,
pequeñas
muestras
de pequeños homenajes
a todo lo que de tí
creo saber
y que para mí es suficiente.
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