Seguir adelante

Seguir adelante.

No quedarse parado a un lado del camino.
Asimismo,
no hace falta arremeter contra las puertas del lejano castillo
como inútil ariete ya que
hace tiempo que el puente levadizo
se elevó sobre el aire
y dejó al descubierto el foso
que invita sólo a caer en él, mas tenemos alas.

Seguir adelante.

Afrontando las propias verdades
y abriendo las ventanas
a la palabra nueva.
La puerta cerrada y antígua no se abre
con ninguna llave pues no se encuentra.

Hace falta limpiar la casa y construirle un templo
a este momento, en el que la
sonrisa de los niños y de las niñas debe ser la música
que llene las estancias, las calles y las plazas.
Tu risa, y tu sonrisa serán
el compás
que ilumine la tarde, y que se sume
a la luz del sol sobre las calles
de la ciudad que habitamos.

Seguir adelante.

Si miramos continuamente atrás, nos perderemos todo lo bueno que está por llegar
y seguiremos sin apreciar
el perfume del azahar
que nos habla de su pureza.


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