Un caballo de ajedrez
Un caballo de ajedrez
sobre la mesa del salón.
He visto la luz reflejada sobre las flores de plástico,
que no se marchitan.
Hay tantas sincronías incompletas.
Aprendiendo a vivir,
tomando apuntes de lo sucedido.
Sería pretencioso decir que no repetiré el error
de enfrentarme a lo inmutable aunque
dejaré que el tiempo fluya.
No puedo cambiar la tristeza que muestras.
En atardeceres limpios,
de ciudades oscuras y turbias,
donde el paraíso está escondido
tras un balcón con macetas, los arbustos de un parque,
la breve crónica del amor que te profeso,
en la secuencia que sigue a un paréntesis
abierto que no se cierra.
sobre la mesa del salón.
He visto la luz reflejada sobre las flores de plástico,
que no se marchitan.
Hay tantas sincronías incompletas.
Aprendiendo a vivir,
tomando apuntes de lo sucedido.
Sería pretencioso decir que no repetiré el error
de enfrentarme a lo inmutable aunque
dejaré que el tiempo fluya.
No puedo cambiar la tristeza que muestras.
En atardeceres limpios,
de ciudades oscuras y turbias,
donde el paraíso está escondido
tras un balcón con macetas, los arbustos de un parque,
la breve crónica del amor que te profeso,
en la secuencia que sigue a un paréntesis
abierto que no se cierra.
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