El poema más simple
no necesita de exagerados adornos,
frases complicadas,
símbolos
propios
de alguna lógica
interna.
En el poema más simple,
cobran vida las palabras,
se administran a sí mismas,
visitan
lugares comunes,
lugares recurrentes,
se asocian
para viajar en el tiempo,
como
pasajeros de una línea habitual
de autobús.
En el poema más simple,
se habla de los diversos temas
que nos preocupan,
que nos conmueven,
que nos emocionan.
En el poema más simple,
caben una flor,
tu nombre,
tu inteligencia,
tu hermosura,
todas tus virtudes
juntas.
En el poema más simple,
no hace falta tantos versos,
uno puede resumir
toda una emoción
o estado de ánimo
en una imagen concentrada
y nítida.
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