Este año que va acabando,
y que no ha terminado aún,
nos deja grandes enseñanzas,
profundas experiencias,
fragmentos de alegría,
retazos de poesía,
momentos de tristeza,
cotidiana melancolía,
avenidas grises y cielos de hormigón.
Luces y sombras
del ayer todavía.
Este año que va acabando,
no ha sido como el anterior.
Un tiempo diferente,
flexible
como el tallo de un junco
en la orilla de un río.
Aromático
como rosas tempranas
en el jardín primaveral.
Este año que va acabando
nos lleva
a deshacernos
de la cadena
que nos conduce
a ser esclavos del pasado.
A desasirnos
del poder que le hemos otorgado
a tanta cuestión banal.
Sólo la historia
nos dirá
pues es maestra de historias.
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