Dicen que soy frívolo,
terco, malhumorado,
dicen que como niños,
que mi reputación empeora por momentos.
Pero yo les digo que vivimos en el mundo de la imagen,
del tecnicolor programado.
Que no tengo que demostrar nada a nadie,
que he de mejorar, claro que sí,
pero que me quiero de veras.
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