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Mostrando entradas de 2015

Viajando al sur

Viajando al sur, al sur del alma donde uno se reencuentra con la esencia de las cosas, donde uno regresa al casi origen. He tenido que aceptar lo vivido. He dado gracias por lo mucho que la vida me ha dado. He decidido aprovechar cada minuto de este paréntesis alejado del gris asfalto y percibir los colores de la tarde, la luz irisada de la luna entre las desaparecidas alamedas. He encontrado un lagarto muerto entre las farolas de esta finca enrejada. Contemplaré la tarde con otros ojos y con la mente puesta en tu dulce recuerdo.

En la placeta de Jesús Despojado

Un diciembre primaveral en Granada.  En la placeta de Jesús Despojado, cerca del colegio Tierno Galván, los niños juegan. Al otro lado un bar repleto de gente, que acoge la reunión anual de la familia. Me siento ajeno al entrar. Aquellos que en otro momento de la vida eran tan cercanos, hoy los veo como sacados de un álbum cubierto del polvo de un armario anacrónico: tan extraños. Música desafinada de abrazos, besos, convenciones varias, usos de clase media, de burguesía gastada, arrabales de clase obrera, islotes que resisten el paso del tiempo. Después de todo, no amo esta idea de gran familia unida, actores y actrices sobreactuados, aunque todavía existan afectos, vínculos trabados. Es positivo que los niños conozcan sus orígenes. 

Distancia

No lo diré demasiado alto. Es más. Será como un dulce susurro: La palabra es distancia. Pero te agradezco que hayas puesto luz en mi vida. Que hayas delimitado los renglones, hayas corregido la ortografía, la sintáxis y la métrica. Porque ahora todo está más claro.

Las ciudades, después del amor

Las ciudades, después del amor quedan fragmentadas, divididas por un río por el que fluyeran aguas de un pesar calculado y antíguo, de un olvido que está lleno de memoria, de lentas llamas que siguen surgiendo espaciadas en el tiempo o que se agrupan todas al unísono. Después del amor, hay todavía más amor porque es la energía que nos mueve pese a todo, el impulso que nos empuja hacia adelante, la palabra cálida que nos acoge, la arquitectura de los nuevos barrios de ciudades nuevas dentro de cada ciudad. Y las ruinas que quedan se pueden restaurar. Otras se quedan como anatomía muerta de un cuerpo sin vida. Las que se pueden arreglar, el paciente artesano las repara como si fuesen un cuadro antíguo, en el que cada rincón de un lienzo, necesitase profundidad, y color. Las ciudades, después del amor, siguen siendo ciudades.  

Cuando cae el telón

Dedicado a mis Lara y Katienka personales  La tarde murmura palabras huecas desde un deshabitado palco de un amplio teatro , desde el que se presencia el espectáculo de las horas que se llenan de un alboroto inesperado, de brevedad impuesta por la propia vida, compuesta de momentos mínimos, instantes donde se aprecia una floreciente alegría, en cada isla melancólica de este mar agitado. Por la ventana construída en la escena entra una luz que, en su reflejo, dibuja aspas doradas, e incluso triángulos a los que le faltan algunos de sus vértices. Los sueños aprendieron a volar sin alas, sin permiso, contra el viento que se arremolina en los escenarios donde la obra avanza, contra la adversidad y sin desenlace aparente. En el entreacto, comprendo que tus bellos y largos brazos estén para abrigar a la linda y hermosa flor que crece en tu jardín a la que llevo en mi corazón de manera tan cierta como que de él brota la sangre. Comprendo que mis brazo...

Sonata de una tarde gris de otoño

Los días son más cortos  en el compás de espera  del invierno. Es ésta una tarde gris de otoño.  El árbol solitario  contempla las hojas amarillentas que cubren el suelo y que de él ya cayeron.  El paseante ve montículos de arena,  naves industriales, vías de ferrocarril  y, a lo lejos, la arquitectura de una ciudad  artificiosa que  construye un  oscuro paisaje, sobre el que emerge una verdad bella e impura,  tanto como los versos  que  junto en el camino y que te escribo  sentado en el banco  de un improvisado mirador.  Algunos poemas son cartas de amor sin remitente  pues ya la palabra denota rasgos de la identidad del que transmite. Las cartas de amor son listas interminables  de ausencias, nostalgias y otras circunstancias  que siempre contienen un destinatario. También son un nombre propio que resuena  en el silencio poderoso, el deseo de acariciar tu mano para después besarla genti...

Al barco nuevo

No deseo frenar al barco nuevo que soltó amarras, y cuyas velas se orientaron al filo del mar de la madrugada cuando se alejó, ya apenas se ve su rastro sobre las aguas. Antes de marchar en el barco nuevo que suelta amarras, déjame ver tu rostro una vez más. Esta travesía será larga. El barco ha zarpado.  He comenzado a superar tu ausencia pues no hay más remedio. Nada es eterno, pero todavía así... ¿mi amor perdura? ¿Qué clase de amor es éste? ¿Cómo se puede amar a una imagen, a un cuerpo figurado, a una presencia que no está presente? ¿Mi amor a tu mirada fría y cálida, a tu voz que enfría y calienta mi alma? Elegiré abrigar mi corazón con mantas propias Elegiré el buen recuerdo, la palabra sin reproche, el caminar pausado, el lento discurrir de lugares donde amar y ser amado sean la lógica cotidiana. Elegiré mirar en mi interior. Este es mi lugar.

sin decir apenas nada

Desde las factorías de la noche, desde la sala de máquinas de horas tardías, desde el anfiteatro donde se representa la tibia oscuridad, cuando las calles ya semidesiertas invocan al sonido de motores lejanos, al ruído de las chapas de los pocos bares que cierran, escribo un poema que no dice apenas nada. Porque esta nada que subyace a mi alrededor, combina con todo. Es compatible con tu ausencia, con tu presencia, con tu recuerdo, con tu olvido, con la escala de grises en la que tu amor difuminado no ha perdido todavía su brillo. Como un boceto que pasara por la mano de un pintor, y que delimitara con su negro carboncillo, la silueta de una anatomía distante e incompleta, el alma con la que me comunico, sin decir apenas nada.

La rosa no buscaba la rosa...

La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. (...) Casida de la rosa . Federico García Lorca Sí. Existe una realidad que emerge de la idea de que ella  no necesita ser salvada, ni liberada. Porque se salva a sí misma, se libera a sí misma, ella misma es su ángel redentor. En aquel tiempo, la rosa no buscaba la rosa... Podría intentar averigüar pero tal vez ella ni siquiera pedía sentirse querida, sentirse escuchada, sentirse atendida, sentirse adorada ... La rosa no buscaba la rosa... La luz dorada de la tarde en otoño me recuerda que su sola belleza cautiva, embriaga, y hace que pierda el sur, el norte y cada uno de los puntos cardinales.

Crónica del año que va acabando

Este año que va acabando, y que no ha terminado aún, nos deja grandes enseñanzas, profundas experiencias, fragmentos de alegría, retazos de poesía, momentos de tristeza, cotidiana melancolía, avenidas grises y cielos de hormigón. Luces y sombras del ayer todavía. Este año que va acabando, no ha sido como el anterior. Un tiempo diferente, flexible como el tallo de un junco en la orilla de un río. Aromático como rosas tempranas en el jardín primaveral. Este año que va acabando nos lleva a deshacernos de la cadena que nos conduce a ser esclavos del pasado. A desasirnos del poder que le hemos otorgado a tanta cuestión banal. Sólo la historia nos dirá pues es maestra de historias.

Hay poemas

Hay poemas  que se escriben solos.  Provienen del silencio, desde el que nacen, y crecen en tamaño como los arroyos  que se ensanchan hasta hacerse ríos. Hay poemas que son invocaciones,  llamadas telefónicas no realizadas, conversaciones no mantenidas, enumeración de deseos,  construcción de emociones.  El deseo no cambia nada, pero edifica la senda, abre el camino, de la emoción almacenada. Hay poemas  que sirven  para llenar tanta ausencia de tí , para reordenar las ideas, y buscar salidas  a los complejos laberintos en los que habita el alma. Hay poemas que lo dicen todo, hay palabras que no significan nada. El verbo que se eleva a sí mismo al filo de la medianoche,  llega más alto  si no exige demasiado.  Hay poemas que se escriben y uno los guarda.  Este nació del silencio  para expresar la alegría  que supone  el recuerdo de tu sonrisa  y su corolario.  ...

El lento amor espera

El lento amor espera, no se apresura. No corre en busca de, no se refugia en cómodas butacas, se recicla a cada instante, vive al día y camina despacio. El lento amor se transforma, en una hoja que brota de un árbol, en una flor que brilla con un vivo color, en la pureza de la luz del alba, en un guiso que se cuece a fuego suave. Aprende de cada error, perfecciona la técnica, engrasa la mecánica, rompe con los círculos viciosos. Dice adiós a las gentes que no nos hacen bien. Respira profundo, y continúa su marcha como un tren que viajara por el incontenible trayecto del presente.

Dedicado a los hermanos Quero

A los Hermanos Quero La injusticia se muestra a sí misma.  Hombres valientes,  de acero callado,  del hierro fulgente del que están construídos los arados, no estais solos en vuestra siembra. Aquí se adhieren a vuestra causa, llegados de los diferentes lugares, gentes anónimas que claman porque vuestra historia sea contada, porque vuestra fulgurante llama de libertad no sea ignorada, porque vuestro verbo justiciero no sea desoído. Hombres valientes de acero callado, de metales traídos del subsuelo ciudadano, los disparos que se oyen a lo lejos no os acaban.

Poner distancia

Así como me tratas tú, debería tratarte. Para que comprendas qué se siente.  Cuando uno ha dejado el alma, no sólo en los versos. Voy a poner distancia. Nunca es tarde para hacerlo. Distancia para sanar, distancia para desligarme de tu gris recuerdo. No fue ni siquiera placentero. Me iré sin rencor caminando las calles como lo he hecho toda mi vida. Me iré sin mirar atrás, pues hace más de cuatro años que habito en un desierto. Quiero cambiar todo esto y la luz que abriga mi alma a diario, pondrá color alrededor. Tengo tantas cosas que celebrar. Por ejemplo, que sobreviví a esta tormenta de verano.

Cambiar la canción

Cambiar la canción. Pasar la página. No hacer siempre lo mismo. Mirar el presente con optimismo. El amor que te tengo no se ensombrece. Es resultado de una forja de años, tras las altas paredes de esta fábrica donde el arte es adorarte. Fuiste la imagen que creé a través de mis anhelos. Eres la imagen que creo en mi mente sin mayor esfuerzo. Cambiar la canción. Superar el conflicto. Pasarán primaveras sin verte y en cada mes del año, compuesto por sus semanas, sus días y sus horas, no habrá un instante en que no piense en ti y vengas a mí como una lluvia que regara los campos, como una brisa suave que trajera el aroma de las flores.

Realidades

"Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad. Si lo hiciera, dejaría de ser artista." Oscar Wilde En esta noche como en cualquier otra no busco tu amor, no busco el fruto de dulzura desigual, pero siembro semillas que llenan los versos, de palabras. Islas, fragmentos de esperanza. La realidad es aceptada. A diario, habitas en una torre amurallada y yo no busco tu amor en esta noche de luna aplazada. Porque el afecto se guarda en alacenas calladas, porque no se esparcen sobre los campos los posibles hechos del mañana con la única vista puesta en la cosecha. Porque de mi corazón, que está lleno de gratitud brota la savia nueva que incita a tu solo recuerdo en la tibia madrugada.  

hábitos

Hay hábitos que cuesta cambiar. Como el de enviar tantas cartas a sabiendas de que puede no gustarte recibirlas. Destierro esta última idea aunque debería tener en cuenta tu deseo de no ser buscada. Se me hace extraño ver un cuadro bonito, leer un poema, escuchar una música hermosa y no acordarme de ti.

Molino alto

"Cuando los odios andan sueltos, uno ama en defensa propia" Mario Benedetti  Molino alto, que mueves tus aspas, que tengas buen viento. Que el clemente otoño te cubra con sus bondades, y que la esperanzadora primavera llene los campos de trigales para que en el verano se recoja el cultivo. Molino alto, que mueves tus aspas, que tengas buen viento. Enójate sólo lo preciso cuando el cielo proponga la tormenta como único discurso. Molino alto, entiéndeme. No tengo la fórmula mágica pero preciso escuchar la voz de ella, la risa de ella, oler el perfume del pelo de ella.

Perdona la molestia

Perdona la molestia, yo pasaba por aquí. Vine a decirte que en el amor uno no debe esperar nada pero debe entregar todo y siempre se tiene derecho al delirio civilizado. Ése que a veces toma la forma de un poema, de una canción cantada a deshoras, de un baile improvisado. No se trata de conseguir, se trata de dar. Perdona la molestia, yo pasaba por aquí. La vida nos trata de usted. Entonces mantengamos esa distancia de respeto necesaria, ese equilibrio frío y reposado.  Las personas no son objetos. No son bicicletas, ni lavadoras, no son comparables a los artefactos que paran su funcionamiento, se apagan y se desactivan. Perdona la molestia, yo pasaba por aquí. No vine cargado de reproches sino de buenas razones. Pero es el tiempo de esperar. Lo haremos con alegría. El destino lo dirá.

Ventana sobre una niña

Se abre una ventana sobre una niña. Ya me hice cargo y no hay nada que demostrar. Comprendí la trama que surge, el laberinto que construye el sentimiento. Pero nadie disputa el cariño, nadie lucha por mantener su cuota. Nadie ocupa el lugar que otro deja en los ratos de ausencia. En su alegría, en su melancolía, en su tristeza, en todos sus estados de ánimo, brilla su estrella. Con su pelo castaño, sus ojos azules como ríos del Norte, su bondad, su espontaneidad y su inocencia, ¿quién no podría quererla? ¿Quién en su sano juicio no puede conmoverse ante la luz que irradia de su mirada? ¿Qué mente perversa malinterpreta el amor hacia ella, que es limpio y sin duda, que es entregado? ¿Darle afecto como un posible vehículo hasta conseguir otra clase de favor de parte de su madre? No creo. Porque en ese aspecto son dos amores distintos con casuísticas diferentes. Uno es el amor hacia una niña, que la considero como si fuese una hija. Otro es el amor a...

Mejor sin promesas

La promesa se vuelve vaga, vacía, cuando sale de la boca del que la dice para no regresar al lugar del que salió. Mejor he de amarte sin promesas de paraísos escondidos, tras las cortinas de una habitación. Pensándolo de otra manera. Mejor he de hablarte sin promesas de posibles caminos, de trenes que parten de una estación, de senderos que se abren en una mañana de luz. Mejor he de escribirte sin promesas, sin palabras que reflejen distorsiones de realidades, deformaciones de solitarias calles en las cuales se escucha un bandoneón. Mejor sin promesas. Si tú eres la mujer que anhelo, dame tu mano y que la noche nos transporte, sin promesas, hacia un lugar de los dos.

Aceptar y seguir

Aceptar y seguir. Aceptar el pasado, aceptar tu ausencia presente, y no pensar tanto. El abrigo que necesitan los niños es fabricado por lentos telares cuyos mecanismos suben y bajan en movimiento armónico y simétrico. Ellos lo reciben con vivas y hurras y una secuencia de abrazos. Su tierno amor es acompañado por sus alegrías infantiles, por la comprobación de sus progresos, por sus descubrimientos. Ellos nos animan. Seguiremos adelante porque la vida no espera y, porque cada mañana, hay que levantarse para ganar el sustento. El material. El espiritual. El colectivo. Nada que demostrar. Sabrás de mí por la línea que juntan los versos, porque aprendí a no buscarte cuando no quieres ser encontrada.

Otra vez adiós

Otra vez adiós. ¿Cuántas veces nos habremos dicho adiós? Por eso prefiero decirte: Hasta la próxima

Amor y materia

Compañera, estamos hechos de amor y de materia, y en ese devenir de emociones, afectos, somos almas y encrucijadas propias del cuerpo, que recuerda un aroma, un gesto o una mirada. Pero no se vive del recuerdo, y el presente apremia, la vida es cambiante. No ocupamos posiciones fijas en el metal cotidiano, ni brillamos de la misma forma siempre, con la misma intensidad. Somos polizones de barcos que viajaron, hacia islas donde no se distinguía la línea del horizonte. Compañera, somos arena en una tormenta del desierto, somos ráfaga que agita las ramas del álamo. Somos lo inevitable, arte efímero que se vuelve casi eterno al invocar a la silenciosa noche, de fuentes calmas, arroyos que se hacen ríos al filo de la luz del alba.

Cartas a Josefine (y IV)

Liebe Josefine: Es ist nicht ein Geheimnis. Diese Zeit hat sehr kompliziert gewesen aber habe ich sehr gelernt. Du wirst kennen wann mein Leben einer neuer Weg habe. Ich werde dich sagen wann bin ich bereit. Bis dann, vermisse ich dich sehr.

Junto a tí

Verás, es bien simple...  Junto a tí,  quisiera construir  los días, fabricar las noches,  dormir y amanecer juntos,  acariciados por la luz  de amaneceres  templados.  Junto a tí, quisiera deshojar  la flor del tiempo, resumir  un paisaje, un atardecer, una jornada, un trabajo, una ilusión. Junto a tí, quisiera cambiar la palabra deseo  por la palabra acto, y que el manantial de las aguas  más puras nos dé de beber como si no hubiera un mañana. 

Contra el viento y la marea

Contra el viento y la marea, contra la desesperanza y los malos presagios, aprendimos a perder para después alcanzar los cielos. Esa carta leída a destiempo, ese adiós con la mano o esa mirada de tristeza sin consuelo aparente, no nos impedirán sentirnos plenos cada vez que el buen recuerdo nos invada como un ejército sigiloso, nítido y resplandeciente. Contra el viento y la marea, juntos alcanzaremos el colorista epílogo de la tarde, nos desharemos de las madejas tejidas por las arañas y, si el balance de este amor nos cuadra, le compondremos versos a la lenta alegría de sabernos unidos.

Y de pronto...

Y de pronto... Te encontré Sin buscarte Desde entonces No paro de pensar en tí

Tiempo para mí mismo

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Tiempo para mí mismo, para reordenar las ideas y tomar distancia.  Tiempo para decidir el camino que tomar. Simplificar.  Cantarme las verdades y no llorarme las mentiras. No estás. Atravieso un desierto de años.  Un desierto elegido y encontrado, a la vez. He de elegir un lugar donde hallar  paz. Un rincón de la casa en el que estar tranquilo. Sin mirar atrás.  Ya los jardines nos envolvieron con su magia.  No tomamos aquel tren  pero habrá otros trenes  que podríamos tomar.  Esta segunda primavera  se cocina a fuego lento. ¿Vendrás? No contestes todavía, por favor.  El futuro está lleno de posibilidades. Mejor decir ojalá. 

Antes de dormir

En este instante antes de dormir, me digo: Ya los ojos caen como si fuesen persianas en tarde de caluroso julio y los párpados pesados se hunden como piedras en un estanque. Ya no acierto a mirar recto al teclado ni a la pantalla desde la que se suceden los versos. En esta escalinata improvisada, colocada en los arrabales distantes de la noche, te digo que además de sentirme agradecido por la abundancia de amor que me rodea, quisiera compartir este afecto contigo. Pues bien conoces las calles de mi barrio, las luces y las sombras que las pueblan. Así como también sabes cuánto daría por ti, ¡oh, maravilla de las maravillas! Daría lo visible, lo invisible, lo contable, lo incontable.

Cronica de un poema sin prisa

Crónica de un poema sin prisa. A esta hora de la tarde, en que voy cerrando las carpetas, dejando el lápiz sobre el escritorio, empezando a despedirme de los compañeros y casi saliendo por la puerta de la oficina, escribo versos que forman parte de un poema sin prisa. Porque por más que corra, que me apremie contra el tiempo no llegarás antes de lo dispuesto. Llegarás cuando quieras, cuando puedas, cuando la vida lo proponga. Llegarás cuando haya aprendido lo bastante, cuando se den las circunstancias, cuando el hecho y la palabra se den de la mano y este poema sin prisa sea conclusión, corolario de pequeñas armonías incipientes. --

Palabras para la alegría

Amor, en la noche, te escribo palabras para la alegría. Esta luna escondida entre nubes, que apenas se ve, ilumina las calles de la ciudad que, a estas horas, camina a paso lento y silencioso, con un gesto indiferente. Amor, desde el exilio de tí, te escribo palabras para la alegría y en esta cosa de quererte, se me acumulan los motivos, los días sin verte, las cartas que te escribo. Una cosa sé. Tienes algo que me hace feliz. Y por eso construyo palabras para la alegría, para la tuya y la mía, para la alegría de todos.

En este compás de espera

En este compás de espera, escribo versos, calculo una suma en cuyos sumandos aparecen tu nombre y el mío. En su resultado, la consecuencia de este amor imperfecto que se cimenta sobre sólidas verdades que resisten el paso del tiempo. No necesito despejar la incógnita, de cuándo vendrás, pues sé que no te has ido, que habitas en mi diario recuerdo. Dejar ir lo pasado, esperando lo mejor que nos aguarda. Cultivo la esperanza, guardo incontables motivos para quererte, y eso es para mí es bastante. En este compás de espera, en la cotidiana incertidumbre, acumulo motivos para la alegría, te rezo oraciones paganas, hago un brindis por la vida, que es maravillosa.

Eva le escribió a Adán

Eva le escribió a Adán y le pidió que salieran juntos de las sagradas escrituras, que abandonaran los focos, el camerino de los actores protagonistas, y que se vistieran con ropas nuevas tomando rumbo hacia las calles pobladas. Que se olvidaran de aquel absurdo debate sobre quién era la costilla de quién. Que ambos eran subconjuntos de ambos. A Adán le pareció bien y aceptó su propuesta. De vez en cuando se les puede ver practicando sus génesis cogidos de la mano por las calles del centro, en parques de estilo romántico, en atardeceres de otoño caminando por parajes solitarios, abrazándose a espaldas del mundo que les da la espalda. Eva le escribió a Adán y fué el comienzo de un universo que cabe en la profundidad de una mirada o en el perfume afrutado de un abrazo, en un adiós en una parada de autobús o en los puntos suspensivos que dejan algunos silencios. Eva le escribió a Adán y en su carta había palabras precisas, palabras justas, como ...

Eine kleine Erzählung

Es war einmal ein Garten wo die Blumen wachsten und gab es zwei kleinen Königinen und ein kleiner König. Sie lebten in ihrem Königreiche und ein Tag sie hatten wunderbare Bäume geworden. Dann sie könnten glücklich zusammen im Wald bis der Nacht tanzen und auch hören die magische Stille. Das Realität der neuen Bäume warst nicht so traurig weil sie als Vögel zu flügen gelernt haben.

En el poema más simple

El poema más simple no necesita de exagerados adornos, frases complicadas, símbolos propios de alguna lógica interna. En el poema más simple, cobran vida las palabras, se administran a sí mismas, visitan lugares comunes, lugares recurrentes, se asocian para viajar en el tiempo, como pasajeros de una línea habitual de autobús. En el poema más simple, se habla de los diversos temas que nos preocupan, que nos conmueven, que nos emocionan. En el poema más simple, caben una flor, tu nombre, tu inteligencia, tu hermosura, todas tus virtudes juntas. En el poema más simple, no hace falta tantos versos, uno puede resumir toda una emoción o estado de ánimo en una imagen concentrada y nítida.

Bailemos otra vez

Bailemos otra vez Sé que voy a esperarte pacientemente, contra toda prisa, contra todo pronóstico. Cuando la música de las noches solitarias suene con su asimétrica armonía, bailemos otra vez, juntos, separados, distantes, abrazados, unidos como si fuéramos un solo ser, contra la desesperanza, contra la tristeza, contra el tiempo que nos mantiene en compartimentos diferentes. Bailemos por el simple hecho de bailar, de conectarnos en la danza simbólica de notas que vuelan y convierten el aire en el fueguito vertiginoso que nos alumbra

Uno comprende

Salgo del edificio rumbo al supermercado en luminoso dia de otoño y una imagen me sobreviene: Un hombre con ropa deportiva lleva en brazos a un bebé de un año más o menos. La sintonía entre ambos es total y uno comprende en qué consisten los mecanismos del afecto ajeno. Ese vínculo que se establece, piel con piel, alma con alma, enlazadas, se vuelve insustituible, se vuelve innegociable, y entonces uno sonríe al comprobar qué hermoso es ese amor, uno coloca el gesto serio al darse cuenta de cómo su pérdida o extravío nos puede sacar de quicio y de repente aparece la palabra hermano, la palabra piedad.

Sin prisa pero sin pausa

Sin prisa pero sin pausa... Verás, hoy hay noche de luz naranja y sobre el escritorio un papel en el que apunto todos los lugares a los que quisiera ir contigo. Me sobrevienen, de pronto, unas ganas locas de invitarte a los sitios, de contarte y que me cuentes si te gustaría este o aquel lugar, de pedir pronto que te envíen un ramo de flores, una postal en la que venga escrita una misiva: "Necesito verte. Esta vida se me hace eterna sin ti." Y sí. Tendré que inventar cauces nuevos por las que el río de mis más recónditas verdades se funda con tu río de limpias certezas.

Volveré al arbol

Una hoja casi verde, casi seca, es arrancada de un árbol, y ya casi verde, casi seca, sólo cambiará cuando se descomponga. Volveré al árbol otoñal cuando sea el invierno. De día ramas desnudas, apreciaré la anatomía vegetal, la autenticidad de la ausencia de máscaras, el frio despertar de los amaneceres donde el rocio y la nieve realizan su lento trabajo, ofician de embajadores. Volveré al árbol cuando sea la primavera y las calles castigadas reciban a las flores, y en los jardines urbanos crezcan rosas que el viandante corta para ofrecer como obsequio, souvenir de viajes no iniciados. El árbol se habrá vestido de hojas verdes y su manto y su sombra cobijarán a los paseantes. Volveré al árbol cuando sea verano y la ciudad sea un desierto de dudas y certezas, un propósito de enmienda mal calculado. Volveré al árbol al siguiente otoño y su dulce decadencia me abrigará con su desencanto

Los frutos de los días

Cada día recogemos el fruto maduro del árbol. Cada árbol, cada fruto nos ofrecen un color, un aroma, un sabor distintos. Cada día, cada árbol, cada fruto, cada color, cada aroma, cada sabor, son únicos e independientes y forman un casi-todo de nuestro casi-mundo de experiencias y aprendizajes. Son los frutos de los días y cada árbol posee un nombre propio.

En cada palabra que no digo

[Sin poemas. A partir de hoy, voy a amarte con silencios, provocando con ausencias e inventando distancias; (...) Mario Benedetti] En cada palabra que no digo, en cada silencio programado, en cada instante que se nos viene no calculado, hay un algo inconfundible que me lleva a ti. Por eso, no desisto de esta empresa, aunque haya que repensar el método de la difusión del mensaje. Es posible que el poema doblado, introducido en una botella, tirado al mar, vaya a dar con la arena de la orilla de tu isla.

Cartas a Josefine (y III)

Querida Josefine: La vida es más sencilla desde que lo acepto, desde que me acepto. Ya no tengo que demostrar nada, ya no tengo que salir en defensa propia o ajena. Estos versos que te escribo nacen desde la calma. Este amor pausado, profundo y meditado combina con los colores de este otoño de hojas secas junto a los bancos. Se mantiene firme a cada día, es un guiso a fuego lento, una llamada que no es urgente. Hay una cierta paz a mi alrededor pues sabemos que en este otoño, preludio del invierno, el amor vence ante las contrariedades.

Cartas a Josefine (y II)

[Briefe an Josefine (II)] Liebe Josefine: Der Garten ist ruhig. Die Kinder spielen und heute, als gestern, deine Lächeln ist wunderbar. Ich möchte nicht zu Hause kommen. Ich will in dem Park mit dir bleiben bis die Nacht ohne Sterne komme. Jetzt, hat das Futur gekommen. Das Ende von einem Weg ist nicht das Ende. Es ist ein Beginn wo deinen Augen scheinen. Wir sind ein Fluss zwischen den Baumen, ein kleines Schloss neben den Blumen.

Arquitecturas distantes

Podemos si quieres hacer este ejercicio. ¿Qué tal si nuestras arquitecturas distantes se unen libremente y construyen con el paso de las horas, a tiempo y a destiempo el edificio alegre del amor silencioso?

Cartas a Josefine

Montag, 26. Oktober 2015 Liebe Josefine: Der erster Tag der Woche ist regnerisch und gibt es tägliche Schönheit in diesem Landschaft von grauen Straßen und so viele Menschen. Vielleicht kann ich nicht dir helfen aber.. kam ich zu diesem Platz dir suchen. Ich klopfte an die Tür. Es war geschlossen. Ich könnte es später versuchen. Leben ist ein Reise und mein Geschenk ist deine Freude.

El hoy tiene sus rincones

En lugares perdidos contra toda esperanza te buscaba.                En ciudades sin nombre por rincones de ayer te busqué.                En horas miserables entre la sombra amarga te buscaba.                Y cuando el desaliento me pedía volver te encontré. José Agustín Goytisolo (Por rincones de ayer) A J.A.G. El hoy tiene sus rincones, dispone sus enigmas, como un mapa abierto por un buscador de tesoros. El ayer quedó atrás, y tan sólo la nebulosa del recuerdo lo mantiene algo vigente, trayéndonos la crónica de días en los que fuimos casi felices. Pero no debemos aspirar a ese estado de emociones a medias. La plenitud nos aguarda tras los muros construídos en torno a nuestra mente, tras las cadenas que nos agarran gracias a la moral caduca. Seremos tan libres como deseemos ser. El hoy tiene sus rincones, y las fábric...

Crónica del tiempo presente

El tiempo presente se va abriendo camino a cada instante. No necesita ser recordado y tampoco anticipado. Es ahora y su vigencia es máxima. El relato es en directo. La alegría, la tristeza, la melancolía o el olvido se narran con el verbo inmediato. El tiempo presente nos informa de dónde estamos, qué ideas nos rondan, qué palabras queremos decir y las organizamos. El tiempo presente puede ser inventado. Podemos construir la senda, abrir la puerta, y rescatar los sueños aplazados.

Crónica de un Jueves 22 de Octubre

En el almanaque se puede leer Jueves, 22 de Octubre. Madrid y este otoño de presagios continúan su paso como el tren imparable que no se detiene apenas en ninguna estación. Leyendo a Doctor Zhivago en el tranvía rumbo al trabajo. Ya hemos pasado por el triunfo de la Revolución. Por la ventana se divisan explanadas de tierra árida, seca, retazos de una artificiosa civilización. Tierra entre dos mesetas. Fábricas, polígonos industriales, acero, tela metálica y hormigón. Flores de muchos mundos. Paisaje devastador. En el andén, junto a la oficina, una bandada de gorriones levanta el vuelo rumbo a un lugar algo mejor donde se escuche el silbido del aire, el ruído de las persianas al ser bajadas, la algarabía de los niños, la risa de las mujeres, el lento vals de la tarde, el eco de tu voz.

Lógica de una noche como ésta

Lógica de una noche como ésta Conjuntos de realidades que se asoman de repente Un mundo nuevo que se abre El calendario lo marca No hay preocupación que valga Ocuparse es prioritario Hay mucho trabajo que hacer Bienvenidos sean los cambios del tiempo venidero Bienvenidos los instantes que aparecen, el soplo del aire fresco en la madrugada abierta, la construcción que contenga todos los nombres propios que forman parte de nuestro pequeño cosmos. Lógica de una noche como ésta Por supuesto, están todas las razones que me llevan a ti Los deseos y las decisiones que toman forma Tu dulce recuerdo La palabra futuro

Libre

Mira mis manos. Ya no portan anillos. Ya mi mente se liberó de las cadenas de los prejuicios de la moral dominante. Ahora soy yo el que decide cambiar. Cinco años de invierno y un verano que surge. Liberarme de inercias desgastantes, abrir nuevos espacios, y caminar rumbo hacia aquello que deseo, sin descuidar y sin dejar de cultivar, a los pequeños y maravillosos tesoros que tengo por los cuales me siento agradecido.

Cada día tengo más claro

Cada día tengo más claro, que cada paso me acerca un poco más a ti, que cada verso es un pequeño escalón que subo, que cada acto por mínimo que sea, que cada alabanza o elogio, es una ofrenda que te entrego. Cada día tengo más claro, que habrá una fecha marcada en el almanaque, con algún color llamativo, en que palabra y acto puedan darse la mano y le pueda dedicar alguna estrofa a tu sonrisa, sin papel ni letra, palabras dichas. Cada día tengo más claro, y hasta las dudas que albergo, lo reafirman, que este es el camino y ahora nadie nos detendrá.

Vientos de cambio.

Abrazo los vientos que traen cambios. Los que agitan las ramas y forman remolinos con las hojas secas en el suelo. Los que construyen caminos en la tarde. Los que revisan el surco del sendero nuevo. Abrazo los vientos que traen cambios. El árbol fue semilla antes de ser árbol. La mariposa fue gusano antes de ser mariposa. La nube fue agua, fue aire, fue nube. Todo lleva su tiempo. Aceptar el proceso. Confiar en la transformación. Abrazo los vientos que traen cambios. Los vientos que nos envuelven como si fueran un cálido abrigo, en esta tarde de octubre, brilla el sol y pienso en ti.

Preguntas

¿Qué será de nosotros después del beso? ¿Qué eternidad nos cubrirá con su cálido manto? ¿Qué certezas respaldarán el futuro y los días venideros? ¿Para qué tantas preguntas si vivir es presente y no un plan programado?

Gentil recuerdo de tí

Recordar (del latín, recordare, volver a pasar por el corazón) Gentil recuerdo de ti, del tiempo en que podía verte, en el que tu sonrisa le regalaba su brillo a la tarde con el único pero de no poder tenerte entre mis brazos. Gentil recuerdo de ti. Esta época, desde que no estás, es más veraz, es más auténtica. Porque sabiendo quiénes somos, cuál es nuestro alcance, no nos vendemos simulacros. Gentil recuerdo de ti. Mientras Eros y Afrodita trabajan a deshoras.

Madrugada

Madrugada en la ciudad. Ruídos de motores cubren el asfalto. El día fue tranquilo, lejos del sonido de los vehículos y del tráfico. Uno se contenta al ver a los niños crecer en paz y en pequeñas islas de moderada armonía. Sin embargo, las factorías del corazón siguen trabajando a sus horas y a deshoras. Los resortes del amor siguen subiendo y bajando, las poleas y las palancas del deseo siguen celebrando esa certeza de saber que eres. Madrugada en la ciudad. Aunque pasen centenares de madrugadas más sin saber de ti, te seguiré esperando.

Dulce nostalgia

Dulce nostalgia de ti, de tus muchos significados. Dulce nostalgia de todo lo que no hemos vivido, de tu sonrisa que construye en la tarde alegres notas musicales. Dulce nostalgia de tu voz firme, de tu caminar rotundo. Dulce nostalgia y dulce deseo. Poética no invasora. Llegará nuestro momento.

Eine kurze Gedicht

Ich fühle mich so allein in diese dunkle Nacht. Du bist der möglicher Traum, du bist einer sonniger Morgen in der Gefilde. Die blumen sagen ,,Hallo'' wann sie dir sehen gehen an, und der Fluss zu dir lauft mit einem frohe lächeln. Die Straßen repetieren deinen Name, das Leben ist so kurz, du bist weit, aber meine Herz bleibt mit dir für immer.

Crónica de lo que dicen que soy

Dicen que soy frívolo, terco, malhumorado, dicen que como niños, que mi reputación empeora por momentos. Pero yo les digo que vivimos en el mundo de la imagen, del tecnicolor programado. Que no tengo que demostrar nada a nadie, que he de mejorar, claro que sí, pero que me quiero de veras.

Crónica de las cosas simples

Las cosas simples que a diario cultivamos. La lectura, la cocina, la hora del café, la larga conversación, el abrazo tierno, la gimnasia del cuerpo, la gimnasia del espíritu y del alma, el paseo, la alquimia de las letras que junto a mínima artesanía, construyen de las vivencias, los versos. Las cosas simples que a diario cultivamos. La risa de los niños, sus juegos, sus historias, su puzzle de afectos. Lo que está presente en nuestra memoria. El rostro que nos cautiva, la sonrisa que nos emociona, ¿habrá algo más bello que verte sonreir?

Crónica de un elogio

De todas las palabras que te elogian por sí mismas me quedaré con las más simples. Puedo escribir: Rosa, belleza, maravilla, inteligencia, dulzura. Y no bastarían pero son suficientes para describir mínimamente tu significado.

Canción de la medianoche

La medianoche se abre paso entre tímidas palabras y recurro a la poesía como refugio. Creo adorarte, entre versos, pensamientos e ideas que, en mí, se mantienen. Sin embargo, hago balance. Pienso que dediqué mucho tiempo a construir un puente entre tú y yo, a fundar un recuerdo. El puente fue construido. El recuerdo fue fundado. A pesar de todo. ¡Qué vacío y triste me siento cuando pienso en ti! ¡Qué pocas veces recorriste este puente! ¡Qué pocas veces fundaste algún recuerdo! Quizás es pronto para decirlo, quizás el tiempo nos dirá. Ahora sólo puedo pensar en lo inmediato, en el más acá inminente.

La historia del sabio profesor y del joven soldado

Hubo una vez un sabio profesor que conoció a un joven soldado. El sabio tenía la ciencia de su lado, la mesura, la medida, la disciplina interior. El joven poseía la alegría, las ganas, la pasión, la lucha sin cuartel y a deshoras. Ambos discutían, ambos conversaban, algo les unía, a pesar de las trincheras invisibles que se construyen cuando la comunicación se quiebra. Aunque tuvieran la misma opinión, nunca estarían de acuerdo, y es que una fuerza misteriosa, les empujaba a ser antagonistas, a colocarse en bandos contrarios. El sabio todo lo malinterpretaba, veía enemigos en los intentos de acercamiento. El joven en su bondad tendía su mano. Conocía el tamaño de su rencor. Pese a todo, el sabio enseñó con su silencio, y sin muchas palabras, cuál era el motivo de su discrepancia. Y el joven empezó a comprenderlo. Sabía ser justo, pero con él perfeccionó la técnica. Reconoció sus actos de arrogancia, su profunda ceguera, su sinrazón. Enumeró razones que le impe...

Crónica de un domingo gris

(...) las montañas, los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos, la noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora (...) Cántico, San Juan de la Cruz En este domingo otoñal de presagios, amanecí desolado. Por la ventana, se percibía un día gris pero, por dentro, había tormenta. Y llovió a cántaros durante un rato. Menos mal que los niños decoran con su alegría los paisajes más oscuros. A estas alturas del día, recobré algo del ánimo. La gimnasia diaria ayuda a levantar la moral. En tiempos pasados, aprendimos a cantar en la lluvia, a bailar si era necesario, vivimos tiempos donde la dificultad era la cuestión cotidiana. Por eso, frente al desaliento, habrá un combate constructivo. Frente a la desolación, buscaremos razones para estar contentos. Frente al silencio, no lo veremos como algo malo, entenderemos las ...

Crónicas de la noche

En la noche, rescato momentos para escribir unos versos que hablen de tí. Ya sé. No lo has pedido, y debería intentar antes comprender tu mundo. Antes de darle rienda suelta a las emociones que se agolpan, al sentimiento que traspasa los umbrales del corazón. En la noche, descifro tus señales, la escasa información que últimamente de tí tengo. Verás. Es bien sencillo. Y es que llegué a la conclusión de que contigo, aunque ahora no puedas estar, mi mundo tiene un brillo especial.

Crónica de una creencia

Creo estar bien, pero quizás sólo es una creencia. Lo importante es mantener el equilibrio. Funambulista sobre el cable metálico de la existencia. Caer es posible, es lo pactado. ... El tiempo nos ha visto caer de múltiples maneras. Pero levantarse es necesario. Hacer poesía gris, o con color, en esta segunda primavera.

Crónica de una nostalgia

Esta noche no vine a cuestionar todo tu mundo. Tan sólo vine a presentar un informe de nostalgia de ti. Cada día, hay señales que me hacen referencia a algo tuyo. Un nombre escrito en la pared, una noticia leída en un periódico, un cartel que anuncia un espectáculo, el amanecer en ciudades de países no tan lejanos. Una receta de cocina, una canción que escucho, un poema que leo, que repercute en mi vivencia. Cada nostalgia se alimenta de la anterior nostalgia, creando una sub-nostalgia, y en esa cadena interminable con principio y sin fin, colecciono nostalgias y subnostalgias, que hablan de todas aquellas cosas que me evocan a ti. Pero ahí no queda todo. Saber que el mundo no se para, que la nostalgia es síntoma de la memoria, del deseo de estar contigo, de respirar el mismo aire que tú, de beber el mismo agua, de probar el mismo vino. El mundo es amplio, pero llegaste tú, y, desde entonces, todo es distinto.

Crónicas del asfalto

Caminante sobre el asfalto, que detienes tus pasos  para respirar profundo.  Tantas historias que contar,  en verso, prosa o epístola.  Un discurso sobre  la lluvia,  el amor,  pequeñas impresiones fotográficas  de autobuses abarrotados,  lentos paraguas mal cerrados  en días de otoño,  que derivan  en fragmento.  Un trozo de papel en el que el viandante escribe:  "El amor es un viaje  que uno inicia  sin darse cuenta.  Se reconoce por crear  vínculos no escritos,  sintonías no anunciadas  por megafonía.  El amor no hace preguntas, ni interroga, crece y se extiende  como un ejército sin armas  que fuera bien recibido." El paseante  retoma la ruta por calles antíguas,  avenidas grises,  dispuesto a seguir construyendo y profundizando sus crónicas sobre el asfalto.