Volveré al arbol

Una hoja casi verde, casi seca,
es arrancada de un árbol,
y ya casi verde, casi seca,
sólo cambiará cuando
se descomponga.
Volveré al árbol otoñal cuando
sea el invierno.
De día ramas desnudas,
apreciaré la anatomía vegetal,
la autenticidad de
la ausencia de máscaras,
el frio despertar de los amaneceres
donde el rocio y la nieve
realizan su lento trabajo,
ofician de embajadores.
Volveré al árbol cuando sea la primavera
y las calles castigadas reciban a
las flores,
y en los jardines urbanos crezcan rosas
que el viandante corta
para ofrecer como obsequio,
souvenir de viajes
no iniciados.
El árbol se habrá vestido de hojas verdes
y su manto y su sombra
cobijarán a los paseantes.
Volveré al árbol
cuando sea verano
y la ciudad sea un desierto
de dudas y certezas,
un propósito de enmienda
mal calculado.
Volveré al árbol al siguiente otoño
y su dulce decadencia
me abrigará
con su desencanto

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