Aceptar y seguir
Aceptar y seguir.
Aceptar el pasado, aceptar tu ausencia presente,
y no pensar tanto.
El abrigo que necesitan los niños es fabricado
por lentos telares
cuyos mecanismos suben y bajan
en movimiento armónico
y simétrico.
Ellos lo reciben con vivas y hurras y
una secuencia de abrazos.
Su tierno amor es
acompañado por sus alegrías infantiles,
por la comprobación
de sus progresos, por sus descubrimientos.
Ellos nos animan. Seguiremos adelante porque la vida no espera
y, porque cada mañana,
hay que levantarse para ganar el sustento.
El material. El espiritual. El colectivo.
Nada que demostrar.
Sabrás de mí por la línea que juntan los versos,
porque aprendí a no buscarte
cuando no quieres ser encontrada.
Aceptar el pasado, aceptar tu ausencia presente,
y no pensar tanto.
El abrigo que necesitan los niños es fabricado
por lentos telares
cuyos mecanismos suben y bajan
en movimiento armónico
y simétrico.
Ellos lo reciben con vivas y hurras y
una secuencia de abrazos.
Su tierno amor es
acompañado por sus alegrías infantiles,
por la comprobación
de sus progresos, por sus descubrimientos.
Ellos nos animan. Seguiremos adelante porque la vida no espera
y, porque cada mañana,
hay que levantarse para ganar el sustento.
El material. El espiritual. El colectivo.
Nada que demostrar.
Sabrás de mí por la línea que juntan los versos,
porque aprendí a no buscarte
cuando no quieres ser encontrada.
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