El andamio del Martes

Me subo al andamio del Martes,
por la escalera metálica y
me pongo a trabajar
por el tiempo inmediato que viene
sin que lo llamen.
Como ese inquilino que habita siempre
en nuestra memoria
entendiendo siempre,
como adverbio que expresa
el paréntesis que comienza,
cuando decimos "encantado de conocerte" y no acaba,
sólo se posterga. Interrumpido, tal vez,
por los necesarios puntos suspensivos.

Entonces en ese viaje amable que comienza en el instante
del ahora,
me dedico a temas comunes como el trabajo,
los hijos,
a la escritura de estos versos,
donde expreso pequeños fragmentos
de realidad,
perspectivas articuladas que se mueven libres
como aves que buscaran los vientos cálidos
en épocas invernales,
a mí,
apreciando la dulzura de la soledad,


y a ti, como de costumbre.


Porque de alguna forma,
de lenta manera,
vienes a mi pensamiento,
en esta primavera que fulge,
y tiene un profundo deseo de todos tus significados.


Porque no estás, porque apenas sé cuál
es tu
actual pensamiento,
aunque comprendo
que esta danza sin límite,


sin visados ni autorizaciones,
puede que nos lleve
algún día a encontrarnos,


¿cómo ordenar el agua que se remueve por la estela que deja el navegar
de un barco?










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