Aunque no nos veamos

Aunque no nos veamos,
ni nos hablemos,
ni nos miremos a los ojos,
para descubrir la verdad que creemos
hallar en ellos,
ni nos escribamos de manera directa,
ni acariciemos la mano del otro
en un gesto habitual y consentido,
no forzado,
sabemos
en qué lugar nos hallamos,
cuáles son nuestras coordenadas vitales,
mediante
la interpretación
de algún silencio,


venido de un ambiente
que reside extramuros.


Aunque no nos veamos,
ni tengamos un calendario común,
ni arranquemos las hojas del almanaque
al mismo tiempo,


sabemos del otro
sin necesidad de cruzar el umbral que nos separa,


la corta distancia que hace finito el infinito.


Por suerte, aunque no nos veamos,


siempre estaremos a tiempo,
de hacerle un homenaje a la primavera,
y a todas las estaciones del año.


Porque vienes
y no vienes,
porque siempre te espero.

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