El amor es un puente
El amor es un puente que comunica dos orillas de un río y fluye sigiloso por sus lentas aguas. El amor es un puente por el que caminan los sueños. Uno a uno, se van envolviendo en suaves telas y en dulces susurros parecidos a un secreto, una suerte de enigma irresuelto. El amor es un puente que siempre se está construyendo y cuando aparece incompleto, ya no es él sino una variante parecida, un útil sucedáneo que nos deja insatisfechos. El amor es un puente que junta dos islas, define la pausa, es arquitecto del silencio. A veces, no hace falta invocarlo. Otras veces, conviene esperarlo y es simple encontrarlo si uno mira adentro. Entonces uno diseña sus puentes internos. Con la patria del hombre, que es su tierno comienzo. Infancia, que desgranas el sútil verbo. Con el castillo o la cabaña, del afecto materno. Con la península de quién somos pese a la lluvia del tiempo. Y entonces resurgimos sin triunfalismos, sin expedientes ni billet...