El dulce ritmo de la soledad


¿Quién dijo que la soledad
era esa isla triste y gris
rodeada de un mar
oscuro de quebrantos,
y en cuyo interior hay un vacío,
un abismo?

Si la soledad
tiene un dulce ritmo
cuando uno
se encuentra
después de haberse perdido
varias veces.

El maravilloso
sabor
de conocerse a uno mismo,
de haberse a uno
mismo aceptado,
de sentirse acompañado
por la tranquilidad
de no aspirar más
que a fluir
en el río cotidiano
.
Vivamos en el planeta inmediato
de la incertidumbre
donde todo es posible
y, las cosas vienen,
sin esperarlas.

Wir leben das süße Rhythmus der Einsamkeit


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