Aprendiz del amor
Para un amigo cordobés, de uno que sigue siendo aprendiz de amor
Como rito iniciático,
como si fuera un recién llegado a la gran metrópoli,
con su maleta recién estrenada,
así es el aprendiz de amor.
Dice saber del contacto físico de dos cuerpos,
de la superficie que separa
los amantes que están a punto
de besarse
y unirse
en un abrazo, síntesis de todas los aromas
frutales.
Dice conocer el ars erotica,
de las variantes de los ciclos de la luna,
haber leído sobre Afrodita,
pero bien sabe que
su miedo a perder el control
le supera.
Su hermetismo
es un instinto de conservación,
aderezado con
un leve cinismo,
ligeros tonos de despotismo,
un patriarca venerable,
una contradicción viviente,
una inseguridad manifiesta.
Mas el amor, querido amigo, se aprende cuando uno se abre,
y deja que los ejércitos de sentimientos
se nos claven como dagas,
y brote el corazón
para dar sentido a todos los actos posteriores,
consecuencias irrevocables
de una apuesta
con pronóstico reservado.
Se aprende cuando uno considera a su amada
compañera, una igual, como siempre nos enseñaron
en la escuela.
Como rito iniciático,
como si fuera un recién llegado a la gran metrópoli,
con su maleta recién estrenada,
así es el aprendiz de amor.
Dice saber del contacto físico de dos cuerpos,
de la superficie que separa
los amantes que están a punto
de besarse
y unirse
en un abrazo, síntesis de todas los aromas
frutales.
Dice conocer el ars erotica,
de las variantes de los ciclos de la luna,
haber leído sobre Afrodita,
pero bien sabe que
su miedo a perder el control
le supera.
Su hermetismo
es un instinto de conservación,
aderezado con
un leve cinismo,
ligeros tonos de despotismo,
un patriarca venerable,
una contradicción viviente,
una inseguridad manifiesta.
Mas el amor, querido amigo, se aprende cuando uno se abre,
y deja que los ejércitos de sentimientos
se nos claven como dagas,
y brote el corazón
para dar sentido a todos los actos posteriores,
consecuencias irrevocables
de una apuesta
con pronóstico reservado.
Se aprende cuando uno considera a su amada
compañera, una igual, como siempre nos enseñaron
en la escuela.
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