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Mostrando entradas de enero, 2016

Capítulos

Muchas veces las cosas no suceden como, en un inicio, se pueden imaginar. Pero ésa es la oportunidad para entrar por el umbral al jardín donde aprender lo necesario para poder pasar página y esperar pacientemente por si te apareces por sorpresa en otro capítulo.

Cuando apenas me encuentro inspirado

Cuando apenas me encuentro inspirado, y no fluyen las palabras de mi mente, me planteo que será porque escribo a deshoras, y parece que a esta misiva, le falta el remitente. Cuando pienso en tí, como destinataria evidente, con nombre, apellidos, domicilio en calidad de residente, será que la noche es fría, que me aferro a la sola imagen de tu sonrisa resplandeciente. Cuando viene el super-ego vestido con el traje del crítico feroz, del juez intransigente ambos inquilinos de mi interior, compartiendo ático con vistas y mirador, les digo por favor que se relajen y que no me atormenten. Cuando vienes a mí, como en un sueño en tus tantas formas y geometrías que son construídas por tu sola presencia, querría dedicarte una estrofa más, aunque de mi mente no salgan apenas palabras, aunque la fábrica produzca en horas extra pequeños versos lumínicos, pequeñas muestras de pequeños homenajes   a todo lo que de tí creo saber y que para mí es suficient...

Alabanzas

Cuando nos vienen alabanzas que surgen de la sola humildad de un ser humano, no tendríamos por qué prevenirnos de una posible invasión de nuestro espacio vital. Es un reconocimiento a una labor, una simple cortesía demostrada, hecha elogio. Pero claro, existen muchos falsos aduladores, muchos zorros al estilo de la fábula de Esopo, que pretenden arrebatarnos el queso y frente a éso, permanecemos inmóviles, cautos, atrincherados. Está en nosotros saber distinguir quién es un humilde admirador de nuestra pequeña o gran obra, y quién es un zorro apelando al canto del cuervo.

Pequeñas grandes palabras

Me dan miedo esas grandes palabras que nos hacen tan infelices. Joyce Si la palabra que digo no tuviera forma, ni fuese posible calibrarla  en su sentido y significado,  en el eco que destila Si no fuera la respuesta de un Oráculo, a la pregunta de los Dioses, o el proyecto de un demiurgo para construir el universo, el plano del artesano, el mapa del navegante.  Si la palabra  fuera como una flecha lanzada  por un arco de cuerda bien tensada, dirigida de forma casi certera al oyente y escuchante siendo el arquero el hablante. Si esa palabra no fuera ni grande ni pequeña ni mediana, si su color cambiara como cambian las emociones, si fuera una pequeña gran palabra  de un conjunto de pequeñas grandes palabras, de esas que bailan solas  sobre los tejados  deshabitados en altas horas de la noche, entonces valdría la pena  esperarla. 

Te ofrezco mis guantes

Si tus manos están frías o si perdiste alguno de tus guantes, te ofrezco los míos. Aunque tengas varios pares y los hayas guardado en tu armario, te ofrezco los míos. Aunque sólo tenga éstos para guarecerme del frío. Aunque hoy no me los ponga porque no me hacen falta y este invierno hubiera decidido abrir un paréntesis, dar una pequeña tregua que trajera de improviso la primavera, en forma de mañanas donde se divisa el alba y se aprecia el impregnado rocío sobre los cristales de los coches. Te ofrezco mis guantes, quedátelos si quieres No hay obligación en que los aceptes, por supuesto, pero para tí son.

Este sueño nos pertenece

Una vez más me digo conforme escribo estos nocturnos versos que este sueño, sin dudarlo, nos pertenece. Es este sueño compuesto de otros pequeños sueños yuxtapuestos, engranados  como piezas de un puzzle traído de algún rincón de la mente. Este sueño fabricado con imágenes tuyas  y mías,  con las mejores imágenes creadas por mí de tí, para la ocasión, con sus idealizaciones correspondientes,  con sus complacencias estructuradas con tu sonrisa memorable  con ese tibio deseo de mis ojos por alcanzar los tuyos y de que no hubiera puntos de retorno Construyendo el amor desde la nada he traspasado el umbral, y he llegado a la conclusión de que este sueño nos pertenece, como tantos otros sueños  aplazados

Hay paz en mi interior cuando...

Hay paz en mi interior cuando... acepto las cosas que no puedo cambiar le informo a mi subconsciente que las señales que me envía son pura distracción soy totalmente honesto conmigo mismo y con los que me rodean y ello implica : no contarme historias para buscar consuelo rebajar las expectativas decidir alejarme de las personas que no me hacen feliz

La música que nos construye

La música que nos construye, que nos conmueve, que nos transforma, la que llena nuestras mañanas y también nuestras tardes, la que puebla los largos paseos solitarios entre arroyos de luz caída de un sol de invierno. Cualquier nota, cualquier pausa que acompañan pequeñas y tiernas palabras que surgen del manantial de la poesía, hacen que tu ausencia se llene de colores y que la vida fluya y continúe con el paso imperturbable de cualquier proceso. La música que nos construye, la música que nos anima. Para celebrar algún día tu regreso, he de valorar tu marcha. La música que nos construye, sobre el filo de la madrugada.

Reir juntos

"La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano"  Victor Hugo Si la risa proviene  del manantial de la bondad y de la pureza y viene  a llenar  el instante de un día del frío invierno. Si la risa nos arma  y nos rearma,  nos construye y  nos reconstruye entonces  bienvenida  sea esa llave  del palacio de  la módica  y repentina alegría. Reir juntos contra el tedio y el hastío, contra la tarde gris y la mañana poco obsequiosa, reirnos hasta  de la sombra del verdugo, cuando el abismo  sólo sea una palabra  y se nos apaguen los ojos  ya cansados. Reir juntos y juntos mirar al futuro instante con una perspectiva amable. 

Poesía y virtud

Poesía, alcanzas a contener  como un baúl antíguo enseñanzas del pasado, lecturas del ahora, porvenires no fundados, y hacerlos palabra, hacerlos verso.  Virtud,  que te asientas  sobre la verdad  improrrogable que se desprende  de los hechos.  Poesía hecha virtud. Virtud fabricada con  materiales simples. Como la instantánea  que vuelves a ver sobre el album, la temática nocturna de las aceras, el aroma de las rosas, aunque es invierno.

Ya inventamos un idioma

Ya inventamos un idioma que se renueva con el paso del tiempo, que toma forma y que se asienta sobre el dulce recuerdo. Ya inventamos un idioma con el que construir la tarde Tan sólo hacían falta unas cuantas palabras hilvanadas con amables significados Inventamos un idioma cuando dedicamos un instante a pensar en el otro y de ese simple acto se desprenden la caricia sin manos que es ofrenda, el susurro de nuevos vocablos, nuevas voces

Sonata de amor

Sonata de amor sin principio sin comienzo sin punto final sin punto seguido sin otros signos ortográficos Sonata de amor entre edificios entre ventanas que se abren y otras que se cierran entre laberintos en cuyo interior hay finos racimos de luz Díme en qué verso no estás presente y en qué nota musical no te apareces como si fuera un milagro Elijo creer en tus ojos que no mienten en la sútil perspectiva de tu sola presencia

Vivir sin ambición

Vivir sin ambición. Desprenderse de todo lo accesorio Mirar a la tibia mañana con ojos calmos dejando a un lado la pesada carga del pasado. Volver a casa y sacar del antíguo armario los viejos postulados sobre el amor que ya no están vigentes. Habitar en el estanque de unas aguas que apenas se mueven, y desear que la quietud se transforme en movimiento, que el cauce se agrande, renacer uno, renacer cada uno, renacer juntos, separados, y que el delta venga lejos muy lejos antes de fundirnos con los cristales del mar plateado que paciente nos aguardará.

Las almas solitarias nunca se rindieron

Las almas solitarias nunca se rindieron aunque el abismo estuviera cercano y el frío y el vértigo hicieran su labor callada. De las épocas complicadas aprendimos del discurso de la lluvia, de experiencias no tan dulces, de la crónica del gris asfalto, de los cambios que son lentos pero que nos sitúan en la dirección adecuada para reorientar nuestras barcas en el río cotidiano. Las almas solitarias nunca se rindieron porque son sus días lugares donde la luz entra a ratos por un ventanal que diera a un patio interior y por el que se divisaran las casas cercanas y los contíguos tejados. Las almas solitarias nunca se rindieron y la nieve y el hielo no pudieron congelar el sentimiento que brota de los corazones sinceros.

Camino de la fuente del Avellano

Granada era como una madre esquiva, que deglutía su tristeza en silencio y en solitario. Un buen día, nos dejó huérfanos pero de nuevo surcamos las calles camino de la fuente del Avellano donde se oye el susurro del río y hay un sendero sinuoso en el que se escucha el canto de los pájaros que presentan el himno del invierno temprano y en cuyo transcurso junto a mis hijos, leo poemas grabados sobre metálicas placas. Alberti, García Montero, otros y otras, poetas y poetisas, por mí ignorados. Desde la fuente, Ángel Ganivet preside la reunión y el Sacromonte se ve en su básica arquitectura de ladrillo, uralita y rejas desdibujadas. Las chumberas, como sus frutos, recitan versos dulces en su interior. Tras la ida, la ciudad nos aguarda, para fundirnos con ella en un póstumo y reciclado abrazo.

Tus ojos de hielo

Tus ojos de hielo en la mañana como un iceberg que esquivo en un océano de solitarias paredes. Tus palabras de hielo que no alcanzo a escuchar cuando cierro la puerta y entonces le digo buenos días a la ciudad y abrazo la soledad como esa eterna compañera, la única confidente que camina conmigo a diario.

Consecuencias

Tienes razón, hermano. Todo acto tiene sus consecuencias. Muchas no son meditadas antes de lanzarse a intentarlo. Pero todo acto tiene su causa. A veces, uno sólo valora aquéllo que nos trae ondas de alegría.

Cambiando hábitos

Cambiando hábitos Sobretodo los que me arrastran a círculos viciosos De los cuales se conoce que tras recorrer la línea que delimita su superficie, su punto de origen es el mismo que su punto de destino Cambiando hábitos Como el de no escribirte Como el de pensarte menos Como el de aceptar que estás ausente y que por más que busque no te voy a encontrar. Escribir claramente: Basta.

silencio

¿Quién dijo que el silencio estaba hueco como el interior de un cántaro sin agua? ¿Quién dijo que el silencio era un abismo insalvable entre dos que se recuerdan? Si uno nada más que debe acostumbrarse a escuchar el silencio dado y devolver el mensaje en este mismo código revisado. Aquél que nos comprende no necesita explicaciones largas.

Incansablemente yo

Cuando el pronóstico anuncia, lo que la razón conoce y cuando no se utiliza la evasión como método, entonces viene la vida a mostrar en qué manera sigo siendo incansablemente yo. Ese que habita la región de los aguaceros, desde el que se desbloquean y se desatrancan las puertas cerradas al amor. Sacudirse el polvo del camino en los viejos zapatos, andar descalzo y sin temor a ser mordido por cotidianas serpientes. Abrir las ventanas, abrir las puertas, abrir los horizontes, abrazar la mañana que trae su mecánica de engranajes, varillas y poleas. Salir de la cueva del ermitaño. Ser incansablemente yo.

Buscando poemas

Buscando poemas en el baúl de la memoria para entregarte uno que describa de manera nítida el espectro visible de mi alma. Buscando poemas, y no los encuentro. Quizás no sea necesario buscarlos, porque surgen de forma natural. Al igual que cuando te evoco en esta noche de enero y, desde mi ventana, se observa el neón azul de un hotel, los números digitales en rojo de su reloj, la asimétrica silueta de edificios ni tan cercanos ni tan distantes. Ya no busco poemas. Ahora los construyo. Hay versos que comienzan con una nostalgia, un camino posible por los senderos de la tarde, una propuesta, una carta con símbolos claros, una fecha, un verbo que se aleja de la tensión y busca hablarte directamente desde la paz de una habitación vacía, en la que el tiempo se detuviera y la palabra presión sólo existiera en los diccionarios que guardo en la estantería. Ya no busco poemas. Ya encontré el poema. Es uno que comienza en mí y termina en tí.

Crónica del ahora

Crónica del ahora, del presente actual, del inmediato. Seamos felices. Merecemos ser felices cada uno. Por separado como barcos aislados de la existencia. Merecemos ser felices cuando nos encontramos, y juntos, como naves que unidas surcan las aguas formaremos una flota de afecto, sinfonía material, pequeña y desordenada armonía sobre la sal y la profundidad. El pasado es una isla que dejamos atrás tras el mar, las mareas y las olas. En la crónica del ahora, el viento susurra tu recuerdo y trae el aroma del deseo, la esperanza y la ilusión

Tarde de Enero

Los lentos árboles solitarios se mueven al compás del viento. Los veo a través del cristal Viajando en el vagón al atravesar una zona de bosques enrejados... de los que me despido con la mirada. Rumbo a una Tarde de enero. Hay pocas cosas ciertas pero yo abrazo esta certidumbre de saberme vivo, esta incertidumbre de que todo es posible,   en la libre alegría del presente.

En este invierno

En este invierno de claros contratiempos, fulgurantes recuerdos incendian la madrugada y dotan al momento de bella incertidumbre. En este invierno de claros contratiempos, uno escribe poemas como cartas, y la epístola se vuelve insuficiente, para alcanzar el espacio que nos separa. Sin embargo, cada palabra es como una mano que se alarga buscando otra mano que acariciar en una tarde de diciembre y pretende decir: Sigo caminando, y visitaré todos aquellos lugares que también te pertenecen. En este invierno de claros contratiempos, uno acepta el sitio que ocupa, aprende del error y se pone manos a la obra a construir versos transparentes y dulces como el agua de un río. En este invierno de claros contratiempos, hay una primavera que crece lentamente y viene sin prisa pero sin pausa sin presiones ni anticipándose al resultado a llenar de prudente alegría todas las estancias de la casa, los jardines de la ciudad, las calles, y las pla...

Consigna

Consigna de memoria  No te anticipes al resultado  Consigna de olvido No tan pronto Consigna no consignada No consignes demasiado Consignas hermosas Defended la belleza del momento y haced mágico el alambre invisible del porvenir

Seremos...

Fuímos lo que fuímos  Somos lo que somos Seremos...  Deja que la vida  nos cultive y nos acoja  en el presente inmediato sin rogar demasiado