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Mostrando entradas de noviembre, 2015

La rosa no buscaba la rosa...

La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. (...) Casida de la rosa . Federico García Lorca Sí. Existe una realidad que emerge de la idea de que ella  no necesita ser salvada, ni liberada. Porque se salva a sí misma, se libera a sí misma, ella misma es su ángel redentor. En aquel tiempo, la rosa no buscaba la rosa... Podría intentar averigüar pero tal vez ella ni siquiera pedía sentirse querida, sentirse escuchada, sentirse atendida, sentirse adorada ... La rosa no buscaba la rosa... La luz dorada de la tarde en otoño me recuerda que su sola belleza cautiva, embriaga, y hace que pierda el sur, el norte y cada uno de los puntos cardinales.

Crónica del año que va acabando

Este año que va acabando, y que no ha terminado aún, nos deja grandes enseñanzas, profundas experiencias, fragmentos de alegría, retazos de poesía, momentos de tristeza, cotidiana melancolía, avenidas grises y cielos de hormigón. Luces y sombras del ayer todavía. Este año que va acabando, no ha sido como el anterior. Un tiempo diferente, flexible como el tallo de un junco en la orilla de un río. Aromático como rosas tempranas en el jardín primaveral. Este año que va acabando nos lleva a deshacernos de la cadena que nos conduce a ser esclavos del pasado. A desasirnos del poder que le hemos otorgado a tanta cuestión banal. Sólo la historia nos dirá pues es maestra de historias.

Hay poemas

Hay poemas  que se escriben solos.  Provienen del silencio, desde el que nacen, y crecen en tamaño como los arroyos  que se ensanchan hasta hacerse ríos. Hay poemas que son invocaciones,  llamadas telefónicas no realizadas, conversaciones no mantenidas, enumeración de deseos,  construcción de emociones.  El deseo no cambia nada, pero edifica la senda, abre el camino, de la emoción almacenada. Hay poemas  que sirven  para llenar tanta ausencia de tí , para reordenar las ideas, y buscar salidas  a los complejos laberintos en los que habita el alma. Hay poemas que lo dicen todo, hay palabras que no significan nada. El verbo que se eleva a sí mismo al filo de la medianoche,  llega más alto  si no exige demasiado.  Hay poemas que se escriben y uno los guarda.  Este nació del silencio  para expresar la alegría  que supone  el recuerdo de tu sonrisa  y su corolario.  ...

El lento amor espera

El lento amor espera, no se apresura. No corre en busca de, no se refugia en cómodas butacas, se recicla a cada instante, vive al día y camina despacio. El lento amor se transforma, en una hoja que brota de un árbol, en una flor que brilla con un vivo color, en la pureza de la luz del alba, en un guiso que se cuece a fuego suave. Aprende de cada error, perfecciona la técnica, engrasa la mecánica, rompe con los círculos viciosos. Dice adiós a las gentes que no nos hacen bien. Respira profundo, y continúa su marcha como un tren que viajara por el incontenible trayecto del presente.

Dedicado a los hermanos Quero

A los Hermanos Quero La injusticia se muestra a sí misma.  Hombres valientes,  de acero callado,  del hierro fulgente del que están construídos los arados, no estais solos en vuestra siembra. Aquí se adhieren a vuestra causa, llegados de los diferentes lugares, gentes anónimas que claman porque vuestra historia sea contada, porque vuestra fulgurante llama de libertad no sea ignorada, porque vuestro verbo justiciero no sea desoído. Hombres valientes de acero callado, de metales traídos del subsuelo ciudadano, los disparos que se oyen a lo lejos no os acaban.

Poner distancia

Así como me tratas tú, debería tratarte. Para que comprendas qué se siente.  Cuando uno ha dejado el alma, no sólo en los versos. Voy a poner distancia. Nunca es tarde para hacerlo. Distancia para sanar, distancia para desligarme de tu gris recuerdo. No fue ni siquiera placentero. Me iré sin rencor caminando las calles como lo he hecho toda mi vida. Me iré sin mirar atrás, pues hace más de cuatro años que habito en un desierto. Quiero cambiar todo esto y la luz que abriga mi alma a diario, pondrá color alrededor. Tengo tantas cosas que celebrar. Por ejemplo, que sobreviví a esta tormenta de verano.

Cambiar la canción

Cambiar la canción. Pasar la página. No hacer siempre lo mismo. Mirar el presente con optimismo. El amor que te tengo no se ensombrece. Es resultado de una forja de años, tras las altas paredes de esta fábrica donde el arte es adorarte. Fuiste la imagen que creé a través de mis anhelos. Eres la imagen que creo en mi mente sin mayor esfuerzo. Cambiar la canción. Superar el conflicto. Pasarán primaveras sin verte y en cada mes del año, compuesto por sus semanas, sus días y sus horas, no habrá un instante en que no piense en ti y vengas a mí como una lluvia que regara los campos, como una brisa suave que trajera el aroma de las flores.

Realidades

"Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad. Si lo hiciera, dejaría de ser artista." Oscar Wilde En esta noche como en cualquier otra no busco tu amor, no busco el fruto de dulzura desigual, pero siembro semillas que llenan los versos, de palabras. Islas, fragmentos de esperanza. La realidad es aceptada. A diario, habitas en una torre amurallada y yo no busco tu amor en esta noche de luna aplazada. Porque el afecto se guarda en alacenas calladas, porque no se esparcen sobre los campos los posibles hechos del mañana con la única vista puesta en la cosecha. Porque de mi corazón, que está lleno de gratitud brota la savia nueva que incita a tu solo recuerdo en la tibia madrugada.  

hábitos

Hay hábitos que cuesta cambiar. Como el de enviar tantas cartas a sabiendas de que puede no gustarte recibirlas. Destierro esta última idea aunque debería tener en cuenta tu deseo de no ser buscada. Se me hace extraño ver un cuadro bonito, leer un poema, escuchar una música hermosa y no acordarme de ti.

Molino alto

"Cuando los odios andan sueltos, uno ama en defensa propia" Mario Benedetti  Molino alto, que mueves tus aspas, que tengas buen viento. Que el clemente otoño te cubra con sus bondades, y que la esperanzadora primavera llene los campos de trigales para que en el verano se recoja el cultivo. Molino alto, que mueves tus aspas, que tengas buen viento. Enójate sólo lo preciso cuando el cielo proponga la tormenta como único discurso. Molino alto, entiéndeme. No tengo la fórmula mágica pero preciso escuchar la voz de ella, la risa de ella, oler el perfume del pelo de ella.

Perdona la molestia

Perdona la molestia, yo pasaba por aquí. Vine a decirte que en el amor uno no debe esperar nada pero debe entregar todo y siempre se tiene derecho al delirio civilizado. Ése que a veces toma la forma de un poema, de una canción cantada a deshoras, de un baile improvisado. No se trata de conseguir, se trata de dar. Perdona la molestia, yo pasaba por aquí. La vida nos trata de usted. Entonces mantengamos esa distancia de respeto necesaria, ese equilibrio frío y reposado.  Las personas no son objetos. No son bicicletas, ni lavadoras, no son comparables a los artefactos que paran su funcionamiento, se apagan y se desactivan. Perdona la molestia, yo pasaba por aquí. No vine cargado de reproches sino de buenas razones. Pero es el tiempo de esperar. Lo haremos con alegría. El destino lo dirá.

Ventana sobre una niña

Se abre una ventana sobre una niña. Ya me hice cargo y no hay nada que demostrar. Comprendí la trama que surge, el laberinto que construye el sentimiento. Pero nadie disputa el cariño, nadie lucha por mantener su cuota. Nadie ocupa el lugar que otro deja en los ratos de ausencia. En su alegría, en su melancolía, en su tristeza, en todos sus estados de ánimo, brilla su estrella. Con su pelo castaño, sus ojos azules como ríos del Norte, su bondad, su espontaneidad y su inocencia, ¿quién no podría quererla? ¿Quién en su sano juicio no puede conmoverse ante la luz que irradia de su mirada? ¿Qué mente perversa malinterpreta el amor hacia ella, que es limpio y sin duda, que es entregado? ¿Darle afecto como un posible vehículo hasta conseguir otra clase de favor de parte de su madre? No creo. Porque en ese aspecto son dos amores distintos con casuísticas diferentes. Uno es el amor hacia una niña, que la considero como si fuese una hija. Otro es el amor a...

Mejor sin promesas

La promesa se vuelve vaga, vacía, cuando sale de la boca del que la dice para no regresar al lugar del que salió. Mejor he de amarte sin promesas de paraísos escondidos, tras las cortinas de una habitación. Pensándolo de otra manera. Mejor he de hablarte sin promesas de posibles caminos, de trenes que parten de una estación, de senderos que se abren en una mañana de luz. Mejor he de escribirte sin promesas, sin palabras que reflejen distorsiones de realidades, deformaciones de solitarias calles en las cuales se escucha un bandoneón. Mejor sin promesas. Si tú eres la mujer que anhelo, dame tu mano y que la noche nos transporte, sin promesas, hacia un lugar de los dos.

Aceptar y seguir

Aceptar y seguir. Aceptar el pasado, aceptar tu ausencia presente, y no pensar tanto. El abrigo que necesitan los niños es fabricado por lentos telares cuyos mecanismos suben y bajan en movimiento armónico y simétrico. Ellos lo reciben con vivas y hurras y una secuencia de abrazos. Su tierno amor es acompañado por sus alegrías infantiles, por la comprobación de sus progresos, por sus descubrimientos. Ellos nos animan. Seguiremos adelante porque la vida no espera y, porque cada mañana, hay que levantarse para ganar el sustento. El material. El espiritual. El colectivo. Nada que demostrar. Sabrás de mí por la línea que juntan los versos, porque aprendí a no buscarte cuando no quieres ser encontrada.

Otra vez adiós

Otra vez adiós. ¿Cuántas veces nos habremos dicho adiós? Por eso prefiero decirte: Hasta la próxima

Amor y materia

Compañera, estamos hechos de amor y de materia, y en ese devenir de emociones, afectos, somos almas y encrucijadas propias del cuerpo, que recuerda un aroma, un gesto o una mirada. Pero no se vive del recuerdo, y el presente apremia, la vida es cambiante. No ocupamos posiciones fijas en el metal cotidiano, ni brillamos de la misma forma siempre, con la misma intensidad. Somos polizones de barcos que viajaron, hacia islas donde no se distinguía la línea del horizonte. Compañera, somos arena en una tormenta del desierto, somos ráfaga que agita las ramas del álamo. Somos lo inevitable, arte efímero que se vuelve casi eterno al invocar a la silenciosa noche, de fuentes calmas, arroyos que se hacen ríos al filo de la luz del alba.

Cartas a Josefine (y IV)

Liebe Josefine: Es ist nicht ein Geheimnis. Diese Zeit hat sehr kompliziert gewesen aber habe ich sehr gelernt. Du wirst kennen wann mein Leben einer neuer Weg habe. Ich werde dich sagen wann bin ich bereit. Bis dann, vermisse ich dich sehr.

Junto a tí

Verás, es bien simple...  Junto a tí,  quisiera construir  los días, fabricar las noches,  dormir y amanecer juntos,  acariciados por la luz  de amaneceres  templados.  Junto a tí, quisiera deshojar  la flor del tiempo, resumir  un paisaje, un atardecer, una jornada, un trabajo, una ilusión. Junto a tí, quisiera cambiar la palabra deseo  por la palabra acto, y que el manantial de las aguas  más puras nos dé de beber como si no hubiera un mañana. 

Contra el viento y la marea

Contra el viento y la marea, contra la desesperanza y los malos presagios, aprendimos a perder para después alcanzar los cielos. Esa carta leída a destiempo, ese adiós con la mano o esa mirada de tristeza sin consuelo aparente, no nos impedirán sentirnos plenos cada vez que el buen recuerdo nos invada como un ejército sigiloso, nítido y resplandeciente. Contra el viento y la marea, juntos alcanzaremos el colorista epílogo de la tarde, nos desharemos de las madejas tejidas por las arañas y, si el balance de este amor nos cuadra, le compondremos versos a la lenta alegría de sabernos unidos.

Y de pronto...

Y de pronto... Te encontré Sin buscarte Desde entonces No paro de pensar en tí

Tiempo para mí mismo

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Tiempo para mí mismo, para reordenar las ideas y tomar distancia.  Tiempo para decidir el camino que tomar. Simplificar.  Cantarme las verdades y no llorarme las mentiras. No estás. Atravieso un desierto de años.  Un desierto elegido y encontrado, a la vez. He de elegir un lugar donde hallar  paz. Un rincón de la casa en el que estar tranquilo. Sin mirar atrás.  Ya los jardines nos envolvieron con su magia.  No tomamos aquel tren  pero habrá otros trenes  que podríamos tomar.  Esta segunda primavera  se cocina a fuego lento. ¿Vendrás? No contestes todavía, por favor.  El futuro está lleno de posibilidades. Mejor decir ojalá. 

Antes de dormir

En este instante antes de dormir, me digo: Ya los ojos caen como si fuesen persianas en tarde de caluroso julio y los párpados pesados se hunden como piedras en un estanque. Ya no acierto a mirar recto al teclado ni a la pantalla desde la que se suceden los versos. En esta escalinata improvisada, colocada en los arrabales distantes de la noche, te digo que además de sentirme agradecido por la abundancia de amor que me rodea, quisiera compartir este afecto contigo. Pues bien conoces las calles de mi barrio, las luces y las sombras que las pueblan. Así como también sabes cuánto daría por ti, ¡oh, maravilla de las maravillas! Daría lo visible, lo invisible, lo contable, lo incontable.

Cronica de un poema sin prisa

Crónica de un poema sin prisa. A esta hora de la tarde, en que voy cerrando las carpetas, dejando el lápiz sobre el escritorio, empezando a despedirme de los compañeros y casi saliendo por la puerta de la oficina, escribo versos que forman parte de un poema sin prisa. Porque por más que corra, que me apremie contra el tiempo no llegarás antes de lo dispuesto. Llegarás cuando quieras, cuando puedas, cuando la vida lo proponga. Llegarás cuando haya aprendido lo bastante, cuando se den las circunstancias, cuando el hecho y la palabra se den de la mano y este poema sin prisa sea conclusión, corolario de pequeñas armonías incipientes. --

Palabras para la alegría

Amor, en la noche, te escribo palabras para la alegría. Esta luna escondida entre nubes, que apenas se ve, ilumina las calles de la ciudad que, a estas horas, camina a paso lento y silencioso, con un gesto indiferente. Amor, desde el exilio de tí, te escribo palabras para la alegría y en esta cosa de quererte, se me acumulan los motivos, los días sin verte, las cartas que te escribo. Una cosa sé. Tienes algo que me hace feliz. Y por eso construyo palabras para la alegría, para la tuya y la mía, para la alegría de todos.

En este compás de espera

En este compás de espera, escribo versos, calculo una suma en cuyos sumandos aparecen tu nombre y el mío. En su resultado, la consecuencia de este amor imperfecto que se cimenta sobre sólidas verdades que resisten el paso del tiempo. No necesito despejar la incógnita, de cuándo vendrás, pues sé que no te has ido, que habitas en mi diario recuerdo. Dejar ir lo pasado, esperando lo mejor que nos aguarda. Cultivo la esperanza, guardo incontables motivos para quererte, y eso es para mí es bastante. En este compás de espera, en la cotidiana incertidumbre, acumulo motivos para la alegría, te rezo oraciones paganas, hago un brindis por la vida, que es maravillosa.

Eva le escribió a Adán

Eva le escribió a Adán y le pidió que salieran juntos de las sagradas escrituras, que abandonaran los focos, el camerino de los actores protagonistas, y que se vistieran con ropas nuevas tomando rumbo hacia las calles pobladas. Que se olvidaran de aquel absurdo debate sobre quién era la costilla de quién. Que ambos eran subconjuntos de ambos. A Adán le pareció bien y aceptó su propuesta. De vez en cuando se les puede ver practicando sus génesis cogidos de la mano por las calles del centro, en parques de estilo romántico, en atardeceres de otoño caminando por parajes solitarios, abrazándose a espaldas del mundo que les da la espalda. Eva le escribió a Adán y fué el comienzo de un universo que cabe en la profundidad de una mirada o en el perfume afrutado de un abrazo, en un adiós en una parada de autobús o en los puntos suspensivos que dejan algunos silencios. Eva le escribió a Adán y en su carta había palabras precisas, palabras justas, como ...

Eine kleine Erzählung

Es war einmal ein Garten wo die Blumen wachsten und gab es zwei kleinen Königinen und ein kleiner König. Sie lebten in ihrem Königreiche und ein Tag sie hatten wunderbare Bäume geworden. Dann sie könnten glücklich zusammen im Wald bis der Nacht tanzen und auch hören die magische Stille. Das Realität der neuen Bäume warst nicht so traurig weil sie als Vögel zu flügen gelernt haben.

En el poema más simple

El poema más simple no necesita de exagerados adornos, frases complicadas, símbolos propios de alguna lógica interna. En el poema más simple, cobran vida las palabras, se administran a sí mismas, visitan lugares comunes, lugares recurrentes, se asocian para viajar en el tiempo, como pasajeros de una línea habitual de autobús. En el poema más simple, se habla de los diversos temas que nos preocupan, que nos conmueven, que nos emocionan. En el poema más simple, caben una flor, tu nombre, tu inteligencia, tu hermosura, todas tus virtudes juntas. En el poema más simple, no hace falta tantos versos, uno puede resumir toda una emoción o estado de ánimo en una imagen concentrada y nítida.